Acusados de “tránsfugas” y de “traición”, cinco asambleístas que fueron expulsados de la bancada de Unidos, en alianza con el Movimiento al Socialismo (MAS) y parte de la bancada Indígena, han colocado al legislador chaqueño, Alan Barca Herrera, como presidente de la Asamblea Legislativa Departamental de Tarija (ALDT) por la gestión 2023-2024.

Barca resultó electo con el apoyo de 18 legisladores, de estos, 11 eran votos del MAS, cinco de los disidentes de Unidos, y dos indígenas (Guaraní y Weenhayek). Los votos en contra sumaron 11, pues al asambleísta tapiete y presidente saliente, José Luis Ferreira, no se le ha permitido votar.

A Barca en la Directiva también le acompañan, la legisladora del MAS, Juanita Miranda, como primer vicepresidente; el asambleísta guaraní, Nicolás Montero, en la segunda vicepresidencia; el asambleísta de Unidos, Diego Gutiérrez Aguilera, como Secretario de Directiva; y finalmente como vocal, la asambleísta del MAS, Flavia Aparicio Quiroga.

Una tensa sesión

La sesión para elegir al nuevo presidente de la Asamblea ha estado cargada de tensión desde un inicio. Se instaló al promediar las 10.00 de la mañana y se prolongó por unas 10 horas. La interpretación antojadiza del Reglamento Interno a favor de cada una de las bancadas, ha sido uno de los factores que dilató este proceso eleccionario.

La bancada de Unidos, que estaba conformada por 12 asambleístas y que ha logrado tener el control del ente legislativo desde el 2021 a la fecha, ahora ha quedado reducida a siete legisladores, pues cinco de estos han sido “expulsados”, entre ellos están los legisladores Albaro Ojeda (Chaco), Horacio Soruco (Entre Ríos), Juan Condori (Yunchará), además de los dos que integran la Directiva, Barca y Gutiérrez.

El asambleísta por Unidos, Mauricio Lea Plaza, fue quien ha confirmado la expulsión de estos cinco legisladores. Sin embargo, pese a esta situación, los disidentes, en sus intervenciones que hicieron en el pleno durante la sesión, ratificaron su respaldo a la gestión del gobernador Oscar Montes, empero, argumentaron que su demarcación del bloque, era para terminar con “la rosca” que ha venido manejando la ALDT en estos últimos años.

Los cinco disidentes hallaron un aliado natural en el MAS, pues con anterioridad estos habían ofrecido su respaldo al candidato que ofrezca un cambio en el manejo de la ALDT. Empero, pese a que el partido azul tiene 13 legisladores, dos asambleístas se han abstenido de apoyar a Barca, entre ellas se encuentran las asambleístas Marina Hoyos y Deysi Torres.

Por otro lado, la bancada Indígena, visiblemente fragmentada, apoyó con dos votos a Barca, uno del asambleísta Guaraní y otro del Weenhayek. Por su parte, Comunidad de Todos, que suma dos votos, se ha mantenido al margen, junto a los siete legisladores que quedan en la bancada de Unidos y el asambleísta del pueblo Tapiete.