Medio: La Razón
Fecha de la publicación: martes 16 de mayo de 2023
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Democracia representativa
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La teoría indica que la política, en un primer momento, se erige sobre la economía. Esto es lógico, dado que, si no hubiese acumulación económica, no habría disputa.
La teoría indica que la política, en un primer momento, se erige sobre la economía. Esto es lógico, dado que, si no hubiese acumulación económica, no habría disputa. La política se hace necesaria en la medida en que las sociedades requieren organizarse en torno a la generación de excedentes. Sin embargo, en un segundo momento, es la política la que determina lo económico.
Así, la relación entre economía y política es complementaria y dialéctica. Es harto evidente que nuestro país atraviesa un momento complejo, con fenómenos que se gatillan desde ambos ámbitos. En lo político, con una disputa interna dentro del MAS cada vez más estridente que ocupa el escenario. En lo económico, con presiones inflacionarias en el mundo que forzaron un encarecimiento del dinero a través de la subida de las tasas de interés referenciales de los principales bancos centrales del mundo. Cada uno de estos fenómenos se muestra indomable, como un felino arrebatado sin nada ni nadie en capacidad de ponerle un cascabel.
Conversamos sobre estos temas con el exministro de Defensa Reymi Ferreira y con el economista Armando Ortuño.
Por mucho que al interior del país nos hagamos a la idea de que las disputas que hoy vivimos son parte del día a día, para la mirada externa esto no es así. Todos los países están siendo permanentemente evaluados. “La situación macroeconómica es compleja, hay temas técnicos detrás de las dificultades que hay que corregir. Pero, un componente fuerte es el desorden político. Si Bolivia en los siguientes meses logra dar señales de un cierto ordenamiento político y de una estabilización de todo esto que estamos viendo, pueden mejorar las calificaciones” de los organismos financieros internacionales, señala Ortuño.
(In)estabilidad
El economista precisa que “es la inestabilidad política la que nos está complicando el escenario, incluso hacia afuera. Por supuesto que hay que asumir medidas macro de ajuste, de controlar mejor el gasto, la inversión, etcétera. Pero, fundamentalmente hay que estabilizar la política”.
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“Es crucial que el oficialismo se ordene y que llegue a algunos acuerdos mínimos con otros actores por un sentido mínimo de responsabilidad con el país, de ambos lados. Ambos bandos tienen que ser conscientes de su responsabilidad con el país, con la gente y sus electores”, asevera Ortuño.
Entonces, el riesgo país, en el caso boliviano actualmente no se explica exclusivamente a partir de factores económicos. “Obviamente está el debilitamiento de algunas variables macroeconómicas como, por ejemplo, las reservas. Pero, fundamentalmente, los reportes de las calificadoras mencionan las dudas que tienen sobre la capacidad del Gobierno y el país para tomar decisiones políticas en los siguientes años”, indica el economista.
Al respecto, Ferreira sostiene que “en cualquier situación, lo político es importante en la estabilidad económica. Las reglas claras, la estabilidad política son parte cualquier modelo estable y exitoso. Si no hay estabilidad política lo primero que se resiente es la seguridad jurídica e institucional. Normas que se necesitan y no se dictan. Leyes que son importantes que se hagan y no se hacen. Sin estabilidad política no hay estabilidad económica”.
El exministro observa que “estamos con un Gobierno de un partido que no está unido, que tiene serias disyunciones. Hay sectores del propio MAS que ejercen roles más críticos que los propios opositores”.
Estas disputas políticas no quedan únicamente en el discurso, sino que tienen consecuencias, reales, sumamente reales. “Por ejemplo, las normas que necesitamos para luchar contra el blanqueo de dinero, que viene del sector informal, del narcotráfico, son importantes que se aprueben para mantener nivel de credibilidad ante los organismos financieros internacionales. El hecho de no haberlas aprobado empieza a generar incertidumbre”, indica.
Así, “los niveles de seguridad o de credibilidad que han bajado. Esto en parte es producto de inestabilidad que se ve. Un Órgano Legislativo donde no se tiene una mayoría clara, sino circunstancial, con sectores políticos polarizados que desconocen la institucionalidad, que tratan de cuestionar el orden establecido, son fenómenos están generando una opinión externa negativa”.
Responsabilidad
Ferreira hace notar que “la oposición e inclusive algunos sectores que supuestamente son oficialistas han puesto, hace mucho tiempo atrás, el interés del país a un lado. La evidencia de esto es que hay gente que está feliz con la escasez de dólares, por ejemplo. Creen que esa es una forma de desgastar al Gobierno y que se les va a abrir el camino al poder de aquí a unos años. Cosa que es errónea, porque es muy difícil que los que menos responsables han sido desde la oposición sean candidatos creíbles para un gobierno de alternancia responsable”.
“A estas personas no le importa darse un tiro al pie, aunque con ello destruyan al país, con la intención supuesta de que con eso debilitan al Gobierno. Es un razonamiento erróneo”, afirma el exministro.
Por muy mal que pueda parecer que están las cosas, todavía pueden empeorar. “En términos generales, siempre que se acerca un proceso electoral suben las tensiones. Eso es prácticamente una norma, no sólo aquí en Bolivia sino en cualquier lugar. Pienso que eso va a ocurrir así”, sostiene Ferreira.
Advierte que “otro factor que puede acelerar este proceso de enfrentamiento, a veces irracional, va a ser el tema económico. Si es que a nivel de la economía no hay resultados para enfrentar esta coyuntura adversa, eso puede dar lugar a un incremento de las acciones irresponsables y radicales”.
“Mucha gente tiene presente el modelo mental de la Unión Democrática Popular (UDP), cuando se le recortó un año de gobierno al expresidente Hernán Siles Suazo. Hicieron todo lo posible para incrementar la crisis al extremo de arrinconarlo al entonces mandatario y llamar a unas elecciones adelantadas. Entonces, piensan en esa posibilidad” concluye Ferreira.