Medio: El Día
Fecha de la publicación: lunes 30 de julio de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Repostulación presidencial / 21F
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Para los expertos, el partido que gobierna el país por más de 12 años consecutivos, con su accionar ha definido una agenda clara cual es posicionar desde ahora, aún sin saber la convocatoria a elecciones del 2019, la candidatura de Evo Morales para el periodo 2020-2025.
En cambio, la otra agenda viene siendo defendida a ultranza por un ascenso social y de ciudadanía cada vez mayor exigiendo el principio constitucional, el respeto del 21F y el desconocimiento absoluto de que Morales pueda volver a ser el candidato.
"Evidentemente que el escenario político aparece como confuso. Sin embargo, hay dos líneas claras. El MAS tiene una agenda política: ingresar a la carrera electoral, pese a que no hay convocatoria a elecciones. El segundo tiene que ver con la defensa del 21F. Ambos se disputan el escenario político", precisa Cordero.
Dos frentes de batalla. Brockmann señala que si bien Bolivia no sale del laberinto político, en ese escenario lo que pone las "barbas en remojo", incluso a todos los partidos políticos, además del MAS, es que no quiere mezclar el tema de la candidatura sin antes hacer prevalecer con la lucha autónoma de la ciudadanía en defensa del voto del 21F.
"Esa lucha principista de la ciudadanía es profundamente democrática y autónoma que no acepta que el partido de gobierno imponga con todo su poder sus propósitos de prolongarse en el poder, incluso a riesgo de las claras intenciones políticas de destruir a cualquiera que esté en el frente de parte del Gobierno", señaló.
Al mismo tiempo, Brockmann admitió que también es cierto, que en el fondo de la ciudadanía, la necesidad de certidumbre política con miras al 2019. "En ese sentido hay una presión ciudadana, que exige a que las plataformas, por ejemplo, visualicen una opción y sean más sinceras en decir que todas sus acciones también son políticas. No nos olvidemos que la defensa del 21F es la más política de todas las luchas", señaló.
Una posición infranqueable. Para el politólogo Cortez, el resultado del "no" del 21F es la pesadilla política más elocuente para el Gobierno y su partido, el MAS. En ese contexto, el accionar político de los últimos meses y semanas en contra de Carlos Mesa, expresidente de la república, tiene ese objetivo de conjurar al tratar de manipular y montar una candidatura a su medida para el 2019.
"El cálculo masista va de esa manera y creo que el expresidente Mesa lo percibe así, que tiende a ser letal en su contra si acaso es candidato, entonces la fuerza de la calle en defensa del 21F se expresa en una demanda muy firme de la ciudadanía exigiendo el respeto de la voluntad popular expresada sin condiciones", señaló.
Retiro de otros. De manera coincidente tanto Cordero, Brockmann y Cortez señalaron que el clima de ascenso ciudadano que exige a gritos se respete la soberanía popular, también piden no solo al MAS, sino a los partidos tradicionales y sus líderes a que se retiren de dicho escenario.
"Ese es un pedido enérgico a que las viejas candidaturas tradicionales y perdedoras hoy día contribuyan con la movilización social retirándose para las elecciones 2019. Si ellas se retiran en medio de esta movilización democrática, se cambia de página y se rompe el libreto masista", finalizó Cortez.