Medio: Opinión
Fecha de la publicación: martes 09 de mayo de 2023
Categoría: Autonomías
Subcategoría: Municipal
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Una vez más la pugna por los espacios de poder cobra factura en la población. Una turba enardecida causó destrozos en los ambientes del Concejo Municipal de Cochabamba y las protestas tienden agravarse. El detonante, según vecinos que llegaron hasta el Concejo Municipal, la elección de la nueva directiva del Órgano Deliberante, porque no se habría respetado la decisión de Súmate, alianza oficialista que determinó mantener en esos cargos a dos concejales.
Existen fuertes desacuerdos en el oficialismo. Las denuncias de traición y transfugio, por una parte, y de haber convocado a la violencia, por otra, fueron los ingredientes que alimentaron el ensañamiento de un grupo de hombres y mujeres, vecinos de varios distritos, quienes rompieron la puerta del Concejo Municipal y, a gritos, exigían la renuncia de las dos concejalas que fueron elegidas con votos del MAS, en el cargo de presidenta a Daniela Cabrera y como concejal secretaria a Claudia Flores.
¿Cuál es el interés del partido oficialista para mantener a determinados concejales en la directiva? Una denuncia apunta a que Súmate busca anular todo atisbo de fiscalización en la ejecución de las diferentes obras. Los acusados responden y recalcan que se trata de una traición y ambición de poder; aclaran que ambas concejalas resultaron electas por el voto que favoreció a Manfred Reyes Villa y ahora le dan la espalda conformando una directiva azul.
El presidente del Distrito 9, Jedibías Bustillos, anunció que las protestas continuarán hasta que las concejalas aludidas renuncien. Y como esta advertencia es de conocimiento de las autoridades, la Policía tendrá que tomar los recaudos que sean necesarios para evitar que el conflicto se agrave.
Todos los concejales de Súmate deben tener en cuenta que, ante todo, se deben a la población para fiscalizar que todas las obras se realicen con calidad, además de cuidar cada centavo que se gasta porque son recursos de todos los contribuyentes del municipio.
Además, los problemas internos que puedan surgir en un partido o alianza política, en este caso Súmate, deben ser resueltos en ese ámbito y de ninguna manera derivar en destrozos de bienes públicos o protestas que puedan perjudicar a la población.
Cochabamba no puede volver al pasado, cuando primaba la inestabilidad política en el municipio e impedía el desarrollo de la ciudad. En ese marco, es preciso que los concejales en cuestión y la máxima autoridad de Cercado busquen otros caminos para encontrar una solución y no apuesten a la confrontación. La población cochabambina no tiene porqué sufrir las consecuencias de un problema interno.
La fiscalización es necesaria y todos los concejales, oficialistas o no, tienen la misión de cumplirla.