Medio: El Deber
Fecha de la publicación: martes 25 de abril de 2023
Categoría: Órganos del poder público
Subcategoría: Órgano Ejecutivo
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Hace algunos días, en el Colegio Militar de La Paz, el presidente Arce inventó nuevamente la realidad. Reiteró que hubo una participación activa de las Fuerzas Armadas en el supuesto golpe de octubre-noviembre de 2019, cuando los militares se vieron forzados a intervenir para frenar el descontrol y la violencia instigados por algunos actores del MAS, sobre todo en distritos estratégicos de la ciudad de El Alto.
La invención de la historia contamina la realidad política y tiene un efecto negativo también sobre la situación económica. Si el presidente es capaz de faltar a la verdad cuando se refiere a un hecho conocido por todos en Bolivia y rechazado incluso por la comunidad internacional, como fue el fraude de Evo Morales, entonces es muy difícil creer lo que dice sobre la crisis económica.
Después de más de dos años de gestión y cuando la mayoría en el país – así lo revelan diversas encuestas – preferiría dejar atrás la polarización, Arce vuelve sobre la teoría del golpe, seguramente para no alejarse del discurso de los radicales, ahora que disputa centímetro a centímetro ese espacio con Evo Morales. Pero, además, intenta, llevar la agenda hacia otras aguas, menos comprometedoras para su futuro político.
En el juego de las imágenes, a Arce no le conviene diferenciarse mucho de lo que representa Evo Morales, aunque su objetivo en última instancia sea construir un perfil propio de liderazgo. En esa lógica alejarse del azul del MAS y sus connotaciones negativas para transitar hacia el rojo menos expuesto y más clasemediero del PS1, podría generarle algún resultado.
El problema pasa porque en una coyuntura de crisis económica, Arce no puede mantener el puño izquierdo levantado al mismo tiempo que estira la mano derecha para buscar ayuda en Estados Unidos, porque eso es entregarle munición gratuita al adversario.
De hecho, Evo Morales ya hizo algunos comentarios negativos sobre las reuniones oficiales con el FMI y el Banco Mundial, y una posible reanudación de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos al nivel de embajadores.
“Lamentamos que por no defender ni aplicar adecuadamente los logros de la nacionalización y del modelo económico social y productivo, se tenga que buscar préstamos en Estados Unidos. Advertimos al pueblo boliviano que el endeudamiento con los organismos del imperio es sometimiento”, aseguró Morales en un tuit.
No será fácil para Arce mantener equilibrios políticos para consumo interno, mientras hace malabarismos económicos en lo externo. El desdoblamiento presidencial puede generar más confusión que confianza y una sensación de que a fin de cuentas nadie sabe cuál de los dos arces gobierna: el rojo o el azul.