La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que ayer cerró su visita In Loco al país, alertó que identificó desafíos estructurales como el recrudecimiento de la violencia partidista como consecuencia de de una extrema polarización política que ha fracturado a la sociedad boliviana.

El organismo internacional, que visitó Bolivia durante una semana para verificar la situación de los derechos humanos, recomendó ques es urgente trabajar en una reconciliación en la que los líderes político pueden contribuir de sobremanera con discursos favorables a la reconstrucción del tejido social.

"Pasados 17 años, en la presente visita, la Comisión pudo observar avances en materia de inclusión y participación social sin precedentes, que partieron del reconocimiento constitucional de un Estado plurinacional, multicultural y de la adopción de un modelo económico social comunitario productivo. Al mismo tiempo, identificó desafíos estructurales que persisten en el país; así como el recrudecimiento de situaciones preocupantes de violencia partidista, producto de una extrema polarización política, que ha provocado una fractura en la sociedad boliviana que urge ser superada" se lee en el informe de hallazgos preliminares presentado ayer.

Después indica que "la sociedad boliviana en su conjunto tiene una oportunidad excepcional para revertir la situación actual hacia una nueva etapa de reconciliación. Para ello, se alienta a toda la sociedad a que redoble sus esfuerzos para generar verdaderos espacios de consenso que permitan trabajar un sentido de destino común en la diversidad y que faciliten la comprensión mutua. Consenso significa renunciar, en ocasiones, a aspiraciones personales o partidistas en aras de alcanzar el bien común".

La CIDH entiende que "la polarización histórica que divide a la sociedad se vio profundizada por las heridas abiertas en 2019", durante la crisis política.

"Éstas solamente sanarán en la medida en que las altas autoridades y todas aquellas personas con liderazgos políticos o sociales, que se pronuncian sobre los hechos en cuestión, contribuyan con su discurso a un ambiente favorable a la reconstrucción del tejido social" exhorta la Comisión.

"Solo mediante un amplio diálogo nacional con respeto al rol esencial que juegan el gobierno legítimamente electo, los partidos políticos en una democracia, y la amplia participación ciudadana organizada, se alcanzará la anhelada convivencia armónica de esta pluralidad de naciones y culturas que hace de Bolivia un referente regional" señala el llamado.

En 2019 se han registrado al menos 36 muertos y decenas heridas como consecuencia de enfrentamientos entre civiles y represiones de las fuerzas del orden a civiles.

Desde entonces, Bolivia afronta una polarización política que deriva en conflictos constantes entre el Gobierno y sectores opositores al que desde las esferas gubernamentales se los tilda de "golpistas".

Además el gobierno del presidente Luis Arce sostiene la narrativa de que en 2019 habría ocurrido un "golpe de Estado" en contra de Evo Morales, entonces presidente de Bolivia y ahora jefe del MAS.

Sin embargo, las fuerzas de oposición señalan que en las elecciones de ese año hubo un "fraude electoral" que fue respaldado por un informe de la Organización de Estados Americanos (OEA).

Líderes políticos de oposición y activistas están encarcelados como la expresidenta Jeanine Añez, Luis Fernando Camacho (gobernador de Santa Cruz), Marco Pumari (cívico) y otros por la supuesta conspiración.

La CIDH destacó también que la falta de independencia de la justicia provoca una falta de confianza por parte de la población en el sistema de justicia. A esa situación, se adiciona la falta de transparencia y acceso a la información.

BD/JCV