Medio: El Diario
Fecha de la publicación: miércoles 22 de marzo de 2023
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Democracia representativa
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Boris Gustavo Arias Pizarro
Caminando por nuestra urbe paceña, causa estupor ver cómo desde hace tiempo, nuestra querida y emblemática ciudad de La Paz, pasó de ser una ciudad asfixiada por su desordenado e ingobernable tráfico vehicular, a un parqueo en pleno centro de la ciudad, en plena plaza Murillo, en las calles Bolívar, Sucre, Indaburo, Ingavi, Yanacocha y adyacentes. Incluso conductores temerarios, en horario de clases, para recoger a su prole hacen maniobras muy locas, suben de manera abrupta, peligrosa a las aceras, donde el peatón tiene que tratar, cual malabarista, de escapar de éstos. ¿Estamos en tierra de nadie? ¿Dónde están la ley y el Estado de Derecho?
Nuestros políticos, esas “mentes brillantes”, están, según ellos, sobre el pueblo, forman el que hoy denominaremos poder político. Pero, ¿no sería mejor decir las cosas como son?, joder político. Y es que ellos deberían ser un ejemplo para el colectivo social, una guía para el fiel cumplimiento de las normas, dentro y fuera de nuestro territorio, sin embargo, vemos de palco, con los brazos cruzados –con nuestra mente absorta en un partido de fútbol, en la telenovela de narcotraficantes, de prostitutas, con tramas de infidelidad o demás bufonadas de la televisión basura, que a diario trastorna nuestra psiquis, con sus enlatados amarillistas, sensacionalistas y de morbo a flor de piel–, cómo se comportan estos “dueños” de nuestro país, sean políticos del gobierno de turno o de la oposición. Se suman a ellos nuestros “famosos” parlamentarios, y policías que ya no brindan seguridad ciudadana, pues el crimen a diario campea en nuestra asolada tierra.
Todos ellos convirtieron nuestra urbe en su parqueo privado, ya que en cualquier hora dejan sus motorizados en los sectores señalados antes. Estas señorías, con aires de grandeza, de superioridad, porque tienen maestrías y doctorados, por eso expreso con ironía que son “superiores”, por el poder del cargo piensan que nuestras calles son su finca y hacen lo que les da la gana.
Con plétora de conocimientos, con bolsillos llenos de dinero de nuestros impuestos, de nuestra riqueza, de nuestros recursos naturales, de nuestro gas, “no pueden cumplir normas básicas de urbanismo, de convivencia social, de manera ordenada y pacífica en nuestro país”. Ellos están por encima de la ley, por eso con frecuencia vemos a algún político en estado de embriaguez conduciendo vehículo, golpeando a su esposa. Aunque se lo ve en vivo, resulta que las denuncias en contra de autoridades como el mencionado son rechazadas por un Ministerio Público laxo.
No obstante, el poder político de los que tienen dinero, diplomados, maestrías y doctorados, no puede ser mal utilizado para subordinar y manipular las mentes de personas que solo quieren llevar un pan para sus hogares. El saber, el conocimiento, no puede ser convertido en soberbia, vanagloria y egocentrismo ante el proletariado. Señores políticos, el poder político no debería ser lo mismo que “joder político” al que ustedes hoy representan. Este término es grosero y trastocado, dirán, pero real y natural para su diario vivir. Respetemos al pueblo, devolvamos la dignidad a su trabajo, Que los políticos den ejemplo de acatamiento a nuestras leyes, al orden y la convivencia, con fiel apego a los vastos conocimientos que tienen. Con fiel apego a la plétora de recursos económicos que se llevan a diario a sus bolsillos. Estupefacto por lo que acontece y sufrimos de manera rutinaria, les recuerdo que lo que ustedes tienen hoy es el poder político y de sus cargos, por lo que deberían mostrar responsabilidad, sensibilidad social, pues sus actos serán sometidos a escrutinio y severas investigaciones cuando su poder pasajero caduque. Señorías del Ejecutivo, de alcaldías, gobernaciones, de la oposición, que caminan hoy entre las nubes, lo que ustedes practican de manera normal es el “joder político”.