Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: lunes 30 de julio de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Repostulación presidencial / 21F
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Esta pregunta ronda en todas partes, inclusive entre los que salen a las calles y plazas a corear esta frase que pone al gobierno en jaque. También te machacan con que el “Bolivia dijo No” es sólo un grito que ya se está agotando, que no dice nada y que esconde la falta de iniciativa y propuestas de la oposición. Intentaré resumir el origen y lo que significa el “Bolivia dijo No” (BDN) para, así, abrir un sendero de mayores profundizaciones.
1. BDN nace como la necesidad de oponer a la estrategia de poder del MAS otra estrategia de poder. Es romper la hegemonía del discurso y de las calles al partido de gobierno. El imaginario político y social copado por el “proceso de cambio” debía ser quebrado con otra idea, con otra propuesta que, siendo sencilla, sea profunda y movilizadora. Había que sentar al poder establecido, un contrapoder. Y es que al final de 2016 comprobamos -como relato en “21F: apuntes de su emergencia” (12/2/18)- que la denuncia y las columnas de opinión no eran suficientes para parar al totalitarismo, cada vez más creciente.
Había que salir del escritorio, del WhatsApp y del Facebook a las calles y plazas. Y así nació la reivindicación del 21F con el BDN, como lema central que, desde del 21 de febrero del 2017, tiene sordos e incómodos a los poderosos que se creían dominantes del discurso y las masas.
2. BDN une a millones de bolivianos y bolivianas que se declaran de izquierda, centro o derecha; que reclaman por el respeto a los bosques, a la vida, al agua o los animales. El BDN mueve millones, pero de entre esos millones, la mayoría son jóvenes y mujeres. Qué manera de ver, tras esta consigna, jóvenes entusiastas y creativos; mujeres aguerridas y tenaces. Todos y todas, sacándole tiempo al tiempo, y valentía ante el miedo que irradia el régimen.
3. El BDN, más allá de los credos políticos o intereses particulares, une a todos los que queremos que se respete la Constitución Política del Estado; es decir, que se respete las reglas del juego pactadas en una Asamblea Constituyente y ratificadas en un referendo. Los procedimientos para su cambio o ajustes están establecidos y deben respetarse, porque eso da certidumbre social, económica y política. El paraguas de la CPE garantiza la posibilidad de construir el bien común y evitar una sociedad de caníbales. En definitiva, es el grito por tener un país con instituciones fuertes e independientes que proporcionen pesos, y contrapesos.
4. BDN nació como la defensa del voto del 21F, por ello encarna la reivindicación de que se respete la voluntad ciudadana y que su decisión no sea manipulada ni antes ni después. Es el reclamo por tener un Tribunal Electoral independiente que garantice la transparencia del proceso y haga cumplir la decisión del supremo, expresada en las urnas. Que no voten muertos ni migrantes forzados para favorecer al partido de gobierno. Que la competencia electoral sea con las mismas oportunidades para todos los partidos y agrupaciones políticas. Que las campañas electorales no sean un mercado de compra y venta de votos. Es un rotundo No a la reelección indefinida y a que se respete lo que establece la CPE, y ratificado con el voto del 21F-2016
5. Hartos de una justicia manipulada, sometida y amarrahuatos del poder, el BDN también significa el rechazo a un sistema judicial que sigue favoreciendo a los poderosos y humillando a los pobres. Por eso, la victoria del 3 de diciembre de 2017 (3D) con el voto nulo y blanco fue la señal que el BDN es más que una acción de cuatro pelagatos, como le gusta descalificar al gobierno. La abrogación del Código Penal, en enero de 2018, fue la victoria que demostró que las calles y la iniciativa ya no son de dominio del poder, sino del contrapoder, de los ciudadanos libres y organizados.
6. El BDN también une a los que estamos asqueados de la corrupción y despilfarro que hace el régimen. Es vomitivo comprobar que la rosca cercana al poder haya constituido un cártel de corrupción, donde el único objetivo es volverse ricos a costa de asaltar las arcas del bien común. Estamos hastiados del cinismo y caradurismo gubernamental y partidario para justificar los gastos dispendiosos e inútiles, empresas estatales que no funcionan, y desfalcos millonarios. Han puesto al país en alerta porque se comprueba que las inversiones no dan réditos y que sólo se llenan los bolsillos de la rosca masista.
7. El BDN es la idea que nos mueve en la esperanza de construir un futuro para todos, sin odio ni divisiones. Es la luz que ilumina la oscura noche de estos 12 años sembrados de persecución, exilio, cárcel y judicialización de la política. El BDN, como se ve, no es contra Evo, sino contra todo lo que representa el socialismo del siglo XXI que el MAS y él encarnan. Si después de esto me dicen que no tenemos propuestas, me declaro marciano.
Iván Arias Durán es ciudadano de la República de Bolivia.