Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: lunes 30 de julio de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Repostulación presidencial / 21F
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Una de las mejores noticias que ha recibido recientemente el presidente Evo Morales es probablemente la designación como cardenal, aunque sea emérito, de Toribio Ticona. La designación de Ticona, realizada por el papa Francisco, se produjo justo en el momento en el que la Iglesia estaba empezando a elevar la voz contra los abusos y excesos del Gobierno. La Conferencia Episcopal había resuelto respaldar el voto del 21F, por ejemplo, y diversas posturas hacia fines del año pasado y principios del actual tuvieron una firmeza que no había estado presente en los años anteriores.
Recientemente, luego de reunirse con el presidente Morales, el Cardenal Ticona hizo unas declaraciones ambiguas, llenas de dudas, más que certezas, y al final terminó respaldando indirectamente al Gobierno. La opinión clave sobre si la Iglesia pide que se respete o no el voto del 21F fue emitida, indirectamente, a favor del oficialismo.
En ese marco, Ticona optó por no respaldar al arzobispo de Sucre, Jesús Juárez, que había pedido el respeto al resultado del referéndum del 21 de febrero de 2016. “Creo que monseñor Juárez, dentro de su condición de arzobispo de Sucre, piensa así, tiene ese ideal”. Pero luego agregó: “Yo no quisiera que la Iglesia se meta en política, más que en política, en partidismos. Si yo defiendo a usted o defiendo a los demás, estoy dividiendo y yo no me he hecho cardenal para distanciar a los hombres, sino para unir”, expresó. Nos preguntamos si, en el fondo, lo que afirmó es que el arzobispo de Sucre está dividiendo a la población.
Ticona remató: “Yo soy cardenal de toda Bolivia, no puedo decir que apoyo al uno o al otro, si hago eso, estoy dividiendo, tengo que buscar la unidad de los bolivianos y trabajar de forma mancomunada por el desarrollo y progreso de nuestra patria”, insistió.
Monseñor Ricardo Centellas, a nombre de los obispos, hizo una declaración algo más coherente: “Nosotros, a través de muchos comunicados, hemos indicado que como en cualquier Estado de Derecho lo fundamental es respetar la Constitución. Todos los actos que son vinculantes hay que respetar, lo hemos dicho de manera escrita, de manera pública”, explicó. Se refería al 21F, aunque no lo mencionó.
La actitud de Ticona es sensible, puesto que coloca a la Iglesia, aparentemente, como ocurrió en los largos primeros años del Gobierno actual, del lado del régimen. Pese a que Ticona es un cardenal emérito y ha sido acusado de irregularidades, como haber estado virtualmente casado y haber vendido irregularmente unos terrenos eclesiásticos, al ser la Iglesia una entidad jerárquica, es él, finalmente, quien impone el ritmo de las cosas.