Medio: El Día
Fecha de la publicación: domingo 29 de julio de 2018
Categoría: Órganos del poder público
Subcategoría: Órgano Ejecutivo
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Carlos Mesa Gisbert, cierra el mes como el contrincante político mejor evidenciado del gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS). Ayer la arremetida, a quien fuera presidente de la república de Bolivia, entre octubre 2003 y junio 2005, fue de redoble. No solo es el caso Quiborax, sino el ataque apunta a que, el aún representante de la vocería de la causa marítima, ahora resulta que es el vocero de la “derecha más conservadora del país".
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El turno fue del ministro de la Presidencia, Alfredo Rada, que lo acusó de ser "vocero de la derecha", de hacer política en el país con el libreto del exministro Carlos Sánchez Berzaín, prófugo de la justicia por los hechos de "octubre negro".
"Carlos Mesa se ha convertido en vocero de esta derecha. Fue (parte) de un gobierno neoliberal con Gonzalo Sánchez de Lozada; hoy (replica) ideas que vienen de Miami ( EEUU), ideas que las origina el señor Carlos Sánchez Berzaín, con esas ideas el señor Carlos Mesa pretende convertirse en un actor de la política boliviana", expresó Rada, ayer en conferencia de prensa desde palacio de Gobierno.
Sin atenuantes. El ministro de la Presidencia recordó que cuando Mesa era vicepresidente se sentaba a metros del exministro de Defensa de Gonzalo Sánchez de Lozada el 2002, que ahora ataca al presidente Evo Morales.
Además, calificó de "habiloso y seductor con las palabras "al exmandatario boliviano que el jueves, 26 de julio, ya inició su lucha en defensa por los resultados del 21 de febrero del 2016.
"El expresidente Mesa dice: No vamos hacerle el juego de Evo Morales, lo que (en realidad) quiere decir es que las ideas la pone Carlos Sánchez Berzaín, las palabras la pone Carlos Mesa. Carlos Mesa siempre ha sido muy hábil para los juegos verbales, utiliza los juegos verbales para ir cambiando año tras año de posición", acotó la autoridad gubernamental.
Además, Rada cuestionó que Mesa no haya aceptado ir a declarar al juzgado de EEUU en calidad de testigo por los trágicos sucesos de la "guerra del gas" bajo el argumento de que ya dijo todo al respecto en su libro "Presidencia sitiada".
Con otra acusación. La respuesta del expresidente fue inmediata, le recordó a Alfredo Rada su militancia con la extinta Acción Democrática Nacionalista (ADN) y calificó de vergonzosa sus declaraciones.
"Algunos funcionarios de este gobierno usan calificativos de un machismo vergonzoso para intentar, vanamente, descalificar a sus adversarios, claros seguidores del espíritu que impregna el ADN de quienes hoy detentan el poder", escribió el exjefe de Estado en su cuenta en Twitter.
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