Medio: El Deber
Fecha de la publicación: viernes 17 de febrero de 2023
Categoría: Autonomías
Subcategoría: Departamental
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El vicegobernador dijo ayer que no es ni “cobarde ni traidor” y en, ese contexto, afirmó que su causa es institucional y no política. Reveló que no conversa con el asesor de gestión. Espera la decisión judicial
“Es una situación difícil”. El vicegobernador Mario Aguilera habló así sobre la compleja coyuntura política que enfrenta el departamento. Está preocupado. No tiene un apoyo explícito de la bancada oficialista y ayer reveló que él tampoco coordina su agenda política con la alianza Creemos, la fórmula que le llevó, junto a Luis Fernando Camacho, a la Gobernación.
Fue en este contexto que Aguilera habló sobre una eventual renuncia, pero la condicionó a una similar decisión que pueda tomar el gobernador Camacho, recluido desde hace 46 días en el penal de máxima seguridad de Chonchocoro. Eso sí, defendió la voluntad del ciudadano que en 2021 los eligió con el 55,64% de los votos, frente al 38,17% que tuvo el MAS.
“Estoy dispuesto a renunciar. Si el gobernador renuncia, yo me voy automáticamente con él. Si el gobernador se mantiene en su posición, yo voy a mantener la gestión del gobernador, desde esta silla”, aseguró y complementó que no es ni “cobarde ni traidor”, sino “institucionalista y autonomista”.
Evitó, de este modo, fijar un criterio sobre un posible fallo judicial que le obligue a asumir, efectivamente, la responsabilidad de la primera autoridad cruceña.
La dimisión fue planteada como el tercer escenario de esta “compleja coyuntura”. Las otras dos posibilidades, si la Justicia lo obliga son “asumir o ir a prisión”, declaró.
“Hay presiones de todo tipo, internas, externas y de todos lados y uno no es más que una persona, un funcionario público más”, remarcó el vicegobernador.
La Sala Constitucional Tercera del Tribunal de Justicia de Santa Cruz postergó ayer, por segunda vez, el tratamiento de un recurso de acción de cumplimiento que fue interpuesto por el MAS para que Aguilera asuma el cargo de gobernador hasta tanto Camacho asuma defensa legal en un caso planteado por el delito de ‘Terrorismo’ activado por el Gobierno. La nueva audiencia ahora tendrá lugar el próximo 23 de febrero.
Sobre la relación con Creemos y Camacho, Aguilera reveló que los canales de comunicación son escasos, incluso afirmó que, cuando intentó reunirse con Camacho en el penal de Chonchocoro, el personal de Gobernación no hizo las coordinaciones a tiempo y esa reunión no pudo llevarse adelante.
“Con Creemos, particularmente, tengo muy poca relación. Una relación política prácticamente no existe”, dijo, pero recordó que fue jefe de la campaña de Camacho en ocasión de las elecciones subnacionales de 2021. “De allí, nos ganamos la confianza para estar sentados aquí, acompañando la gestión”, puntualizó la autoridad.
Desde que Camacho fue capturado, el 28 de diciembre de 2022, y enviado al penal de Chonchocoro, el 30 de diciembre de ese mismo año, la gestión ejecutiva de la administración departamental se la hace desde esa prisión de máxima seguridad. El asesor de Gestión de la institución, Efraín Suárez, estuvo varios días allí para recoger instrucciones y trasportar los documentos que firmó la autoridad.
Aguilera, por su lado, se ha dedicado al trabajó técnico, de seguimiento a obras de infraestructura y, en las últimas semanas, a coordinar la lucha contra el dengue.
A principios de este mes, viajó a México donde participó de un encuentro internacional de autoridades regionales sobre el cambio climático. La voz del vicegobernador no se oye en el debate político departamental ni nacional.
“Desde su secuestro no he tenido la oportunidad de hablar con él, con mi amigo, Luis Fernando Camacho Vaca, el gobernador. He ido a La Paz. Las personas que deben hacer las gestiones para que yo tenga la oportunidad de sentarme con él, visitar a mi amigo, a la autoridad, no hicieron el trabajo correspondiente; por lo tanto, no se me permitió conversar con él”, lamentó.
Suárez aseguró que el vicegobernador es “una víctima más del masismo” y negó que existan tensiones internas con Aguilera. Ayer, siendo un día de visita, estuvo en Chonchocoro para tratar los temas vinculados con la gestión cruceña.
“No hay ningún cargo vacante y, por lo tanto, él (Aguilera) no puede aspirar a ello. No es porque yo lo diga o porque él lo diga, sino que la ley lo establece de esa manera. No tenemos ninguna diferencia, pero hemos considerado al vicegobernador como una víctima del masismo, porque el MAS es causante de que él esté en esta situación. No es lo mismo asumir la Gobernación por sucesión, digamos por enfermedad, que asumir por un secuestro.
La postura del gobernador es que se respete el voto cruceño y no hay plan A ni B. Si el masismo quiere poner gobernador que lo gane en las urnas y no con su brazo operador de la Justicia a poner un gobernador de su conveniencia”, dijo Suárez respecto a Mario Aguilera.
Aguilera confesó ayer que no ha podido conversar con él para aclarar esas apreciaciones, pero aseguró que no tiene ninguna relación política con el MAS, solo aquella que está relacionada con las formalidades que tienen que ver con el ejercicio de sus funciones.
“He dado pruebas claras a la sociedad cruceña desde que nací en este pueblo. Soy una persona leal y que respeta a los demás y que demanda respeto también. Estoy aquí por la institucionalidad, por nuestra autonomía. No caí aquí solo por voluntad propia, sino que hubo un espacio de construcción de confianza con el gobernador y con el pueblo”, anotó.
En enero, Aguilera formuló tres consultas a la Asamblea Legislativa para conocer el criterio y el “análisis” sobre el “alcance” de “la ausencia temporal” del gobernador, Luis Fernando Camacho, y el “procedimiento” frente a este escenario. Las misivas tardaron unas dos semanas en ser respondidas.
“La Asamblea no tiene pito que tocar”, enfatizó entonces la asambleísta Paola Aguirre (Creemos) sobre las consultas que Aguilera tuvo que formular formalmente.
“Lo que corresponde es una suplencia gubernamental”, declaró Aguilera, poco después, en una entrevista con EL DEBER Radio.
En Creemos, la posibilidad de que haya sucesión a Camacho no ha sido considerada. Es más, el cabildo del 25 de enero aceptó la consulta formulada por uno de sus hijos respecto a la posibilidad que siga gobernando desde la cárcel de Chonchocoro.
Suárez, ayer, tras salir del recinto penitenciario, afirmó que, como la justicia volvió a postergar el tratamiento de la acción de cumplimiento de parte del MAS, “la cosas no han cambiado” y la autoridad sigue ejerciendo su mandato desde el penal de máxima seguridad.
“Nunca hemos tenido ninguna cercanía con el vicegobernador ni mucho menos una relación. Queda clara esa división que hay al interior de Creemos, pero sobre todo esa negativa que hay desde el interior de ese partido de no permitir que asuma.
Prácticamente, le están diciendo que si asume bajo la figura de la suplencia gubernamental, es un traidor”, afirmó ayer la asambleísta Raquel Valencia (MAS), una de las legisladoras que planteó el recurso de acción de cumplimiento contra Mario Aguilera.