Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: miércoles 01 de febrero de 2023
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Democracia directa y participativa
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El Cabildo es un expresión libre, democrática y hace parte de nuestra tradición política desde la Colonia. Los abogados dirían que también se relaciona con el derecho consuetudinario boliviano. Puede dar lugar a formas de organización de gobierno en lo político y administrativo. En el Cabildo de Buenos Aires, luego de la Revolución de mayo de 1810 y la posterior independencia de las Provincias del Río de La Plata, se organizó una Junta de Gobierno. El Presidente de la Primera Junta fue don Cornelio Saavedra natural de Potosí.
En la actualidad, el Gobierno boliviano asume una posición ciertamente contradictoria sobre el Cabildo a pesar de que la Constitución de 2009, promovida por el MAS, le reconoció toda su importancia. El texto constitucional ha reiterado que la soberanía reside en el pueblo y asume a la Democracia como forma de gobierno. El ciudadano boliviano puede ahora vivir y ejercer una democracia directa y participativa. El Artículo 11 de la Constitución reconoce al Referendo, a la Iniciativa Legislativa Ciudadana, a la Revocatoria de Mandato, a la Asamblea, a la Consulta Previa y al Cabildo. Desde el Gobierno y sus afines se quiere deslegitimizar y restringir al Cabildo como expresión de la voluntad del pueblo, alegando que la Constitución señala que tiene un carácter exclusivamente “deliberativo”.
Recordemos que antes de la nueva Constitución, siendo gobernante el MAS con el Proceso de Cambio, en el año 2007 se realizó un Cabildo para tratar el posible traslado de la sede de Gobierno. Los resultados de dicho evento no fueron meramente deliberativos. Entendamos a la deliberación como la hace la Real Academia, como la consideración detenida de una decisión, antes de adoptarla. El Cabildo es pues un ejercicio plebiscitario donde interviene el pueblo en su mayor expresión plural.
Los resultados del Cabildo del 25 de enero pasado, pueden ser del agrado del Gobierno o no, pero este no los puede ignorar. Es el caso del rechazo a la malla curricular en las escuelas o la urgente separación del Poder Judicial y del Defensor del Pueblo de la manipulación política del Ejecutivo. Una prestigiosa abogada alguna vez dijo que en Bolivia se vive una persecución político-judicial selectiva.
¿Qué pasaría si el Gobierno, preso de un afán absolutista, decide desconocer los resultados de los cabildos? Ya incumplieron un Referendo, jurídicamente vinculante, para repostular a Evo Morales y Alvaro García. Siguiendo a un gran político del Siglo pasado, en Bolivia pasa todo y no pasa nada, pero lo cierto es que la Democracia boliviana no merecía semejante afrenta.
Se me ocurre que podría dar lugar a la “Desobediencia Civil” que existe desde la misma aparición del hombre en sociedad contra la injusticia
Sócrates o Jesús el Cristo hicieron importantes aportes. Luego, su mayor impulsor fue Mahatma (Alma Grande) Gandhi en la India y su proceso de liberación del Estado colonial británico. En los Estados Unidos destaca Martin Luther King y su movimiento contra la segregación racial y miseria de la población negra.
De la Desobediencia Civil solo pueden participar los ciudadanos. Una característica singular de esta forma de posicionarse contra la injusticia y la opresión es su apuesta por la No violencia como instrumento de lucha y modelo de comportamiento.
La ciudadanía podrá encontrar diferentes medios para reclamar sus derechos, garantías y libertades, pero ante una justicia maniatada por el Gobierno y un monopolio de la fuerza policial, y para-militar, desmedido y megalómano, la respuesta no violenta es, en principio, una receta exitosa, y permitirá sumar a mucha gente hoy inerte y a muchos ex partisanos del Proceso de Cambio que saben, porque saben, que el Estado de Derecho ha sido herido de muerte, reconocen que la Democracia es un bien superior, no desean vivir bajo nuevas formas de colonialismo, y han asimilado el Dictum de Lord Acton en 1887: “todo poder corrompe, el poder absoluto corrompe absolutamente”.
del Cabildo del 25 de enero pasado, pueden ser del agrado del Gobierno o no, pero este no los puede ignorar.