Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: miércoles 01 de febrero de 2023
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Referendos
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Este 25 de enero inició la recolección de firmas para la campaña “Yo firmo” que exige una reforma judicial en el país, iniciada por un grupo de juristas independientes a la cual se han sumado muchas organizaciones ciudadanas. Como Ríos de Pie, movimiento de noviolencia del cual soy parte, nos sumamos a esta iniciativa porque se alinea con los valores democráticos que defendemos, además de saber que nuestro activismo medioambiental no podrá ser efectivo mientras el órgano judicial siga a merced del gobierno de turno. Una reforma judicial supervisada por la ciudadanía es aún más urgente hoy debido al incremento de la persecución política ejecutada por el gobierno de Luis Arce. El hecho de que no haya garantías reales de que tal reforma se complete no quiere decir que no debemos exigirla desde sociedad civil, dado que así podemos recalcar las exigencias de libertad para los presos políticos mientras también exponemos la corrupción estructural que hace que esa persecución sea posible.
La crisis del órgano judicial en Bolivia es conocida tanto a nivel nacional como internacional. El 2022 teníamos al 66% de personas presas en Bolivia bajo la figura de “detención preventiva”. Las detenciones preventivas, que en teoría se hacen cuando hay riesgo de que la persona acusada escape del país, deberían ser la excepción y no la norma. Esto abre la pregunta: ¿Cuál es el incentivo, en un sistema penitenciario que ya está sobrepoblado como el de Bolivia, de continuar aplicando la detención preventiva contra tan alto número de personas?
La respuesta de quienes han sufrido ese tipo de arrestos es simple: Cuando una persona entra a la cárcel en Bolivia, se activa un negocio. El detenido y su familia son extorsionados para negociar su libertad e inclusive su seguridad en la cárcel pagando sobornos a quienes tienen autoridad sobre ellos, en estos casos, el sistema judicial y penitenciario. Se les exige, bajo amenaza, pagos para el juez, así como al fiscal, al policía investigador, a veces incluso para los abogados de la parte contraria. Dado que los funcionarios judiciales y penitenciarios trabajan juntos en numerosos casos, ya conocen sus actos de corrupción previos, sus tarifas, sus modos de cobro y actúan en consecuencia y hasta en conjunto. Los familiares de presos políticos bajo el gobierno del MAS han denunciado estas irregularidades en numerosos casos. Este es un esquema de corrupción estructurado y sistémico, no accidental ni excepcional, y demuestra lo podrido que está el sistema judicial boliviano.
Por años la mayoría de la ciudadanía boliviana se ha resignado frente a este sistema judicial corrupto, por eso es normal que hoy que se proponen iniciativas para reformar el sistema existan críticas y escepticismo sobre la posibilidad de ejecutarla. En Ríos de Pie somos conscientes del escenario en el que hacemos dicha petición: El gobierno de Arce es un gobierno autoritario, y como tal, no va a ceder su poder sobre las instituciones estatales voluntariamente. Sin embargo, la crisis judicial y la persecución política hoy es tal que tenemos que evaluar nuestras opciones: continuar resignados y en silencio, lo cual no haremos, o tomar acciones que por lo mínimo establezcan precedentes y por lo máximo generen un cambio institucional. Esa es la ruta que hemos decidido tomar.
Como dice la teoría de noviolencia, la legitimidad de nuestro pedido se demuestra en sus formas: Como ciudadanía boliviana debemos demostrar que a diferencia del gobierno de Arce, nosotros sí respetamos la constitución y los mecanismos democráticos para hacer pedidos. Tenemos la dignidad de hacer demandas de modo formal, documentado, pacífico e institucional, y acompañar dichas demandas con acción en calle. La recolección de firmas para esta reforma dejará en claro cuántos bolivianos exigimos vivir en un país que respete el debido proceso, que no tenga presos políticos, y que respete los derechos humanos. Quienes entiendan esta necesidad histórica y deseen firmar, pueden hacerlo yendo a los puntos de firmas enlistados en redes sociales de organizaciones participantes como Ríos de Pie.
un esquema de corrupción estructurado y sistémico, no accidental ni excepcional