Medio: El Mundo
Fecha de la publicación: jueves 26 de julio de 2018
Categoría: Órganos del poder público
Subcategoría: Órgano Ejecutivo
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El expresidente de la República de Bolivia (2003-2005), Carlos Mesa Gisbert, rechazó la decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que emitió una resolución a la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), para que sea esta la que defina si se inicia o no un juicio de responsabilidades por haber nacionalizado el Salar de Uyuni. El Estado boliviano que perdió un juicio ante el Ciadi tuvo que pagar a la empresa chilena $us 42,6 millones.
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El exmandatario que afronta un proceso por el caso Quiborax, señaló que no es nada “optimista” en lo que pueda decir el Legislativo boliviano, más aún cuando el presidente del Senado, José Alberto Gonzales, le pidió ayer no victimizarse.
“La persecución política se transforma y se disfraza como una búsqueda de transparencia que no existe y que no es otra cosa que un linchamiento, a través de un proceso judicial. Lo que está haciendo el Gobierno de Evo Morales es un mecanismo, un ejercicio de demolición de mi imagen política y de demolición de mi honor y dignidad personal”, lamentó.
Carlos Mesa manifestó que era predecible que el TSJ viabilizara un juicio en su contra, más aún dijo, cuando el que dirige la administración judicial es el ministro de Justicia, Héctor Arce.
El procurador del Estado, Pablo Menacho, acusó a Mesa por los delitos: incumplimiento de deberes, resoluciones contrarias a la Constitución y daño económico al Estado. “Eso implica penas de cárcel, no es que yo lo diga, ni que me parezca subjetivo es que de eso se trata. El objetivo es la cárcel”, lamentó.
Asimismo, calificó de “vergonzosa” la intención de la Procuraduría de procesarlo por haber recuperado los recursos naturales de Bolivia, el Salar de Uyuni, que estaba en manos de la empresa Non Metallic Minerals-Quiborax.
El expresidente Mesa agradeció a dos exautoridades del Gobierno por haberlo apoyado, la exministra de Comunicación, Amanda Dávila y la exministra de Defensa Legal, Cecilia Rocabado.