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Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: lunes 16 de enero de 2023
Categoría: Autonomías
Subcategoría: Departamental
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Identificaron “algunos niveles de inmadurez política” y falta de liderazgo, que retardarían “la idea de ofrecer un nuevo momento constituyente al país”. Coinciden en que el cambio está en construcción.
“Bolivia está viviendo una transición de cambio de eje del poder”. En Santa Cruz “se está incubando una matriz política diferente”. Esas son conclusiones de analistas que identifican que en ese departamento se está gestando un nuevo modelo, pero “todavía en ciernes”. También observaron “algunos niveles de inmadurez política” y falta de liderazgo, que retardarían “la idea de ofrecer un nuevo momento constituyente al país”.
Los especialistas coincidieron en que Bolivia transita un nuevo proceso histórico, “ante el declive del proceso de cambio que demuestra signos de agotamiento, obesidad y gerontocracia”, según el politólogo Franklin Pareja, quien consideró que el actual patrón “ya no tiene nada que ofrecer en términos cualitativos y ha sufrido un desgaste profundo por los elevados niveles de autoritarismo, corrupción, cooptación de las instituciones estatales y total ausencia de un Estado de Derecho con márgenes razonables de probidad”.
Para Pareja, “la lucha de la cruceñidad si bien en el corto plazo puede debilitarse o difuminarse, lo cierto es que desde este espacio territorial se está incubando una matriz política diferente que clama por democracia y, sobre todo, libertad”.
La analista cruceña Maggy Talavera piensa lo mismo. “Creo que hay una fuerza política que se trasladó a Santa Cruz, hay propuestas, todavía en ciernes, nada claro, pero como en todo el país. No existe un proyecto serio y alternativo. Pero en Santa Cruz se está gestando, sí, está en construcción, sí”.
La crítica Sonia Montaño avizoró que Santa Cruz puede iniciar un nuevo proyecto, pero “en la medida que sepa establecer los lazos en todo el país y no en que se escuchen los cantos de sirena, de federalismo sin contenido”.
Por la misma vía, el cientista político Marcelo Arequipa no tiene duda de que Santa Cruz es una opción. “Tiene todas las condiciones objetivas como para realizarlo”, reconoció, aunque alertó que “todo está sujeto a los cálculos de los otros liderazgos que tiene el departamento. No todos están apostando a una propuesta política del país, hay otros que están apostando a un atrincheramiento regionalista más duro. Eso está sujeto a esas consideraciones”.
Entrevistado por este medio, el investigador social e intelectual cruceño Gustavo Pedraza aseguró que “Santa Cruz es el territorio que ha resistido desde hace 17 años el proyecto político autoritario del MAS y se ha constituido en la región que ha frenado ese proyecto de poder total”.
Distinguió que el departamento oriental “se ha constituido en la antítesis del proyecto autoritario del MAS”.
Pareja también reconoció ese peso específico. “Y con todo el asedio que vive en la actualidad está desarrollando una profunda convicción que también favorece su cohesión. En mi criterio Santa Cruz ya es el departamento más influyente e incluyente de Bolivia”.
Talavera coincidió. “Yo creo que lo que es incuestionable es que el centro político del país se trasladó a Santa Cruz, porque todo es cíclico. Primero fue Chuquisaca, después La Paz y ahora es Santa Cruz. Las cosas van cambiando. No hay duda que la fuerza económica del departamento terminó arrastrándolo a la cuestión política. El hecho de no haber sido sede de Gobierno le favoreció para tener la libertad de ser contestataria”.
No obstante, Arequipa aclara que aunque “Santa Cruz es el principal bastión político de oposición al oficialismo de turno, eso no necesariamente se puede traducir en el hecho de que Santa Cruz vaya a tener el poder político en 2025, porque para eso hacen falta dos cosas, que están en debate ahora. Una de las cosas es quién asume el liderazgo político de oposición, una vez que (Luis Fernando) Camacho está fuera del esquema, y la segunda es qué tipo de discurso se presentará unido a ese liderazgo. Si será un discurso renovado que pueda ser capaz de generar una agenda nacional con el país”.
Montaño tiene la misma duda. “No veo unas voces fuertes que se distingan de lo que ahora es el respeto al Estado de Derecho y las formas básicas de democracia”, advirtió. Talavera encajó en el análisis. “Creo que todavía falta un largo recorrido para que uno pueda decir que hay un líder, pensando en una persona con nombre y apellido. Uno puede hablar de liderazgo como región, pero no de personas. Hay algunos emergentes, pero no convincentes del todo”.
Proceso largo
“Estamos en una coyuntura en la que necesitamos una respuesta para ayer, pero estoy tratando de acompañar reflexiones de sociólogos, politólogos y economistas. Esto es como un parto doloroso y como todo parto, dura”, auguró Talavera, quien consideró que el surgimiento del nuevo modelo “da para largo, no es algo inmediato”.
La periodista y analista no se atrevió “a decir que algunas cosas se están muriendo”. Tiene dudas. “Veremos qué sobrevive: el que está moribundo o la criatura que está por nacer”.
Para Pedraza, Bolivia transita por la ruta del posmasismo. “Se agota este proyecto de poder y estamos en transición hacia un nuevo período, pero no es automática, sino que tiene que haber una elaboración, una nueva narrativa. Y el centro político, el eje de esa disposición social a la construcción de un nuevo sujeto histórico, se ha instalado en Santa Cruz”.
Pareja pidió tomar en cuenta que los que impulsan el cambio deben pensar que “la rebeldía de la cruceñidad demuestra que ese espacio territorial es bastante heterogéneo, ecléctico y segmentado, propio del poder que cada vez se incrementa”. Argumentó que “no pareciera estar gestionado por una dirigencia política actual que establece criterios probablemente arcaicos desfasados y anacrónicos”.
Criticó que con “los discursos regionalistas y al repensar su relación con el Estado boliviano denotan en cierta medida algunos niveles de inmadurez política, porque al estar cambiando el eje del poder no se puede actuar desde una visión sesgada y mezquina”. Sugirió que “Santa Cruz debe asumir el liderazgo porque irremediablemente éste se está construyendo desde ese espacio”.
El especialista consideró que el surgimiento de la alternativa real es cuestión “de tiempo porque los otros departamentos -por efecto de la persistente agenda cruceña- están empezando a establecer la construcción de una articulación nacional con tintes pacíficos, pero todavía timoratos y probablemente con elevados niveles de temor fundado, pero que poco a poco se están cohesionando en la perspectiva de una nueva visión de la estatalidad y de la bolivianidad”.
Visión económica
Pero para lograr el cambio, también debe cambiar la visión económica cruceña, según Montaño. “Yo creo que uno de los ejes del discurso de Santa Cruz es reivindicar el modelo económico cruceño, que no es otra cosa que el modelo económico capitalista y neoliberal. Lo que llaman el modelo económico cruceño es la capacidad de producir excedentes, con una muy mala gestión estatal para la redistribución. Ése no es un modelo que pueda ser atractivo. Este modelo fue de la mano de los grandes empresarios agroindustriales, que fueron los precursores de la expropiación y el maltrato a la tierra. La informalidad también forma parte de ese famoso modelo económico. Por eso, no creo que sea ése el modelo que responda a las aspiraciones de la gente que quiere trabajo, educación y salud”.
La centralidad
Pedraza insistió en que la prioridad de Santa Cruz es “trabajar en que esa centralidad que hemos ampliado de lo económico a lo político, tenemos que traducirla en la toma del poder, no como Santa Cruz, sino como Bolivia. Es decir, no vamos a cambiar el país si no se accede al poder de la gestión del Estado con un nuevo proyecto político”.
Arequipa no cree que “una oposición fuera del sistema de partidos, no todavía dentro del margen del sistema de partidos, en el activismo de calle, se podría traducir en obtención de poder”.
Retroceso “tremendo para las mujeres”
Rector• “Vicente Cuéllar (rector de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno) refleja una posición más moderada, pero no hay una gran diferencia y convicción democrática”, consideró Sonia Montaño, analista.
Mujeres• “Ninguno de los grupos en disputa (oficialismo y Santa Cruz) están pensando en el tema de las mujeres. En ambos grupos hay un conservadurismo y un retroceso ideológico tremendo para las mujeres y para el medio ambiente”, alertó Montaño.
Equilibrio• “Para un gobierno de fuste autoritario, la visión contestataria y rebelde de la cruceñidad le resulta perjudicial. Pero Santa Cruz por sí sola no es suficiente para establecer un equilibrio de poder en el país, ni tampoco puede por libre asumir una lucha de defensa de la democracia sin la participación activa de otros departamentos”, adelantó Franklin Pareja.