Medio: El País
Fecha de la publicación: miércoles 23 de noviembre de 2022
Categoría: Autonomías
Subcategoría: Departamental
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Bolivia es un Estado autonómico que no está autonomizado. Hacemos esta afirmación en función al intervencionismo que el Nivel Central sigue ejerciendo sobre los Gobiernos Autónomos; tal es el peligro de constituir un Estado Federal que de federalista tenga mas bien poco. El Centralismo, es un adversario que se ha hecho experto en desnaturalizar el derecho colectivo al autogobierno que nos corresponde a las bolivianas y a los bolivianos, mermando cada vez más la capacidad decisoria de los entes autonómicos.
A efectos de evitar repetir los errores cometidos en el pasado, es imprescindible iniciar una etapa pre federal, que genere las condiciones políticas y administrativas propicias para la materialización de un federalismo serio, que cuente con un alto nivel de autogobierno. La Genesis federal que proponemos permitirá, entre otras cosas, preparar a los Gobiernos Autónomos para asumir de manera plena el ejercicio de su nuevo rol institucional.
El periodo pre federal debe ser un espacio de logros institucionales, en el cual la noción del autogobierno se fortalezca en el ámbito de la administración pública, dejando las arengas discursivas en un segundo plano. A la par de aumentar nuestras facultades de autogobierno, el pre federalismo será un espacio de reflexión en el que tendremos que definir para qué queremos ser federales, y como haremos realidad ese anhelo.
De ninguna manera planteamos una etapa pre federal estática, al contrario, esta requerirá seguir de manera estricta una agenda, en la que se definan objetivos de inmediato cumplimiento, a través de los cuales prepararemos el terreno para que germine el modelo federal boliviano; logros que, en todo caso, no necesitan estar sujetos a un proceso de reforma constitucional.
La agenda pre federal sentará las bases de un nuevo pacto social, entendiendo como sus objetivos los siguientes: 1. Departamentalización de la Justicia; por la cual el proceso de preselección de candidatos a máximas autoridades judiciales sea realizado por las Asambleas Legislativas Departamentales. 2. Autonomización Impositiva; que promoverá cambios profundos en la distribución de dominios tributarios actualmente vigente en nuestro país, asegurando una fuente de financiamiento departamental estable. 3. Revisión de la Condicionalidad Financiera; que permite al Gobierno Central intervenir en la administración de los presupuestos de los actuales Gobiernos Autónomos, orientando el gasto de sus recursos en actividades definidas por el centralismo. 4. Cobro de la Deuda Centralista; generada por la obligación ilegítimamente impuesta a los Gobiernos Autónomos a asumir los costos del ejercicio de competencias que le corresponden al Nivel Central del Estado y 5. Erradicar la Invasión Normativa del Gobierno Central; que hace que el Gobierno Nacional, ejecutar competencias autonómicas.
Por último, nos corresponde decir que es obligación, de todos quienes nos adscribimos al desarrollo del autogobierno en Bolivia, a no encallar por cantos de sirena que pregonen una federalización vacía de contenido. El autonomismo y el federalismo no son un fin en sí mismos, sino mecanismos jurídicos diseñados para mejorar la calidad de vida de todos los habitantes de nuestro país, en el marco de la inquebrantable unidad del Estado y eso debe quedar absolutamente claro.