Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: miércoles 16 de noviembre de 2022
Categoría: Autonomías
Subcategoría: Departamental
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Que Santa Cruz sostenga un paro cívico por más de 23 días es un hecho histórico para la región y para todo el país, como histórico es el hecho que no haya existido diálogo franco para superar los problemas planteados por Santa Cruz, pues el gobierno central no ha dado muestras de apertura para lograr soluciones. Da la impresión que Arce quería derrotar a Santa Cruz como lo hizo el MAS al inicio del gobierno de Morales, el Presidente mintió en todos los temas relativos al censo y se observa que en el conflicto su mirada era de corto plazo, pues solo pensaba en las futuras elecciones. Morales también actuó y actúa con ceguera cortoplacista, también pensando en las futuras elecciones. Para él había dos enemigos a derrotar, por un lado, Arce, para eliminar las posibilidades de éste como precandidato y, por otro, derrotar a Santa Cruz, que es uno de los baluartes de la defensa de la democracia frente al autoritarismo, por eso Morales incitaba a la violencia, trata de llegar a los radicales de Santa Cruz para que pisen el palito y el gobierno los pueda doblegar y encarcelar con el uso de la fuerza pública, hasta ahora no lo ha logrado. Arce también tenía como otro objetivo debilitar a Morales. Por de pronto ambos se han debilitado, así lo demuestran las encuestas. Santa Cruz se ha ganado el respeto del país, pero los otros departamentos no han acompañado a los cruceños en su movimiento y quizás no lo hagan, menos aún, cuando los cruceños usan un trato imperativo para forzarlos a seguir el camino cruceño. El conflicto ha demostrado la inexistencia de líderes con visión estratégica que piensen en todo el país.
Bolivia vive en la falacia de un Estado autonómico, la Constitución así lo dice, pero la realidad política es otra. El MAS apuntó a las autonomías para quitar la bandera autonómica a Santa Cruz, con el paso del tiempo se ve que no lo logró. Pero, la historia muestra que Bolivia tiene una tendencia fuerte al centralismo, en la Revolución Federal La Paz apostaba a la federalización, pero no creía en ella, al derrotar a los rivales, La Paz impuso el centralismo. La Revolución del 52 reforzó el centralismo, y el gobierno del MAS lo elevó a la máxima potencia. No hay régimen populista o cercano al populismo que crea en la descentralización, pues ésta implica la descentralización del poder, cosa que va contra el credo populista y de todos los caudillos o de los políticos que desean impulsar el socialismo. Si Santa Cruz demanda descentralización, entonces posee una bandera democrática de redistribuir el poder y por ello debiese tener el apoyo de quienes rechazan el autoritarismo.
A estas alturas del conflicto lo central para Santa Cruz no son los temas del censo, claro que les importa la distribución de escaños, la redistribución de los recursos de coparticipación, así como los motiva el pacto fiscal. Pero, tras todo hay algo más profundo, en la memoria de los cruceños están los excesos del centralismo, las vejaciones de Terebinto, el intento de someterlos este año mediante el uso de la fuerza pública. Santa Cruz está cansada de que la política la defina el centralismo. Tras de los 23 días de paro está la idea de impulso de la descentralización y de un desarrollo autonómico que no esté impreso en la letra muerta de la Constitución, sino que tenga vida real y práctica en lo cotidiano. Esa demanda es profundamente democrática, pero ¿por qué no caló en todo el país? Probablemente porque La Paz se siente gobierno central y no entiende que la autonomía es una apertura la democratización del poder; en varios departamentos también no existe una verdadera vocación descentralizadora. Si Santa Cruz es la líder de la descentralización, requiere convertirse en líder de una idea nacional y no solo regional, pues como están las cosas, el país todavía no parece estar listo para movilizarse por la descentralización y las autonomías. Santa Cruz precisa tener liderazgo nacional, aún no lo tiene. En los demás departamentos se requieren liderazgos que apunten también a de la centralización y las autonomías, entendiendo que esa es una demanda democrática que va en contra de los autoritarismos de todo sello.
ha demostrado la inexistencia de líderes con visión estratégica que piensen en todo el país