Medio: El Deber
Fecha de la publicación: domingo 13 de noviembre de 2022
Categoría: Autonomías
Subcategoría: Municipal
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
En la última década, la cantidad de habitantes de siete municipios de Bolivia creció entre un 53 y 111%, lo que confirma la tendencia migratoria hacia zonas urbanas y revela que en el país ese fenómeno es más intenso en oriente, según expertos en la materia.
Proyecciones demográficas del Instituto Nacional de Estadística (INE) procesadas por la Fundación Jubileo dan cuenta de que entre 2012 y 2022 los municipios con mayor expansión poblacional son: Portachuelo (+111,3%) y Cotoca (75,8%), en Santa Cruz; Cobija (+95,1%), Puerto Rico (72,4%) e Ingavi (53,4%), en Pando; Trinidad (56%), en Beni; y Punata, (62,4%) en Cochabamba.
Estos datos muestran que “la gente está migrando principalmente al oriente y que son los departamentos de occidente los que estarían perdiendo su peso poblacional”, afirmó René Martínez, analista económico de la Fundación Jubileo.
“Para encarar este fenómeno migratorio que se da a nivel mundial, hemos diseñado con el Gobierno central algunas estrategias para potenciar las fortalezas que tienen cada uno de los municipios, algunos en turismo, otros en producción”, informó el presidente de la Federación de Asociaciones Municipales (FAM) de Bolivia, Enrique Leaño.
“Para evitar la migración, es importante la reactivación económica y dar mejores oportunidades a través de la generación de empleos sostenibles” en los municipios. “Es lo que estamos trabajando”, precisó.
De las 10 ciudades más grandes, la que más avances demográficos registró es Cobija (+95,1%), seguida de Trinidad (+56%), Potosí (+40,7%), Sucre (+38%), Cochabamba (+35,5%), Oruro (+32,8%), Tarija (+32,8%), Santa Cruz de la Sierra (+30,9%), El Alto (+30,7%) y La Paz (+24,8%).
No obstante, Santa Cruz de la Sierra (1,9 millones) es la más poblada, seguida de El Alto (1,1 millones), La Paz (956.732), Cochabamba (856.198), Sucre (360.544), Oruro (351.802), Tarija (272.692), Potosí (269.180), Trinidad (166.262) y Cobija (90.277).
La migración hacia las principales ciudades del país modificará la actual distribución de los recursos que reciben por coparticipación tributaria en los 339 municipios y Gobiernos Autónomos Indígena Originario Campesinos (Gaioc).
Según un análisis de Jubileo, la asignación presupuestaria de 284 municipios y Gaioc se verá afectada por los movimientos poblacionales, mientras que otros 55 recibirán mayores recursos.
Martínez explicó que el aumento poblacional de los municipios se debe a factores de migración y al comportamiento de la economía en la última década, siendo este fenómeno más intenso durante el período de bonanza y de menor grado durante la época de desaceleración.
Las personas van a donde encuentren “más oportunidades para mejorar su situación, mayores oportunidades de desarrollo, de crecimiento y de ingresos”, agregó.
“La gente va a las ciudades buscando mejores oportunidades, mejores servicios, pero el gran reto es gestionar adecuadamente ese proceso”, sostuvo el coordinador del Programa de ONU Hábitat en Bolivia, Sergio Blanco.
De los 339 municipios del país, la cantidad de habitantes disminuyó en 179 (53%) y aumentó en 160 (47%), de acuerdo con reportes del INE, cuyas estimaciones son elaboradas con base en datos históricos de natalidad, mortalidad y migración, y “están sujetas a revisión en cuanto se disponga de nueva información de los componentes demográficos y/o existan cambios metodológicos de cálculo de proyecciones”.
Estas proyecciones del INE “han sido realizadas a finales de 2020, antes de que el censo tenga estas complejas connotaciones políticas” y del posterior conflicto en curso, recordó Martínez.
Por lo tanto, son proyecciones “válidas”, porque fueron elaboradas con elementos bien analizados, a diferencia de los datos del censo, que “ a veces se distorsionan con migraciones” temporales instruidas por intereses políticos. Son una “fuente interesante para analizar políticas públicas”, dijo.
Para encarar la mayor concentración de la población en áreas urbanas, el Programa de ONU Hábitat en Bolivia ha trabajado “a solicitud del Gobierno” una política nacional de desarrollo integral de ciudades; coadyuva en la preparación de los distintos niveles del Estado para gestionar este proceso de manera adecuada; y apoyó a más de 20 municipios en la elaboración de sus agendas urbanas.
“El documento con la política nacional urbana ya está elaborado e incorporado en el Programa de Desarrollo Económico y Social (PDES). El Viceministerio de Vivienda y Urbanismo está trabajando en su promulgación a través de la norma correspondiente”, informó Blanco, coordinador en el país de la agencia de Naciones Unidas especializada en temas de hábitat y desarrollo de ciudades.
Blanco consideró que los retos que encaran los municipios con la migración hacia zonas urbanas tiene que ver principalmente con responder a las necesidades de la población en cuanto a servicios básicos y oportunidades.
Este proceso migratorio, en general es expansivo, espontáneo y desordenado, pero el país “está a tiempo” de gestionarlo para hacer de las ciudades espacios más productivos, “más prósperos a nivel económico, social, cultural”; para “convertir a las ciudades en en motores” de desarrollo, indicó.
“Si se maneja bien este proceso, se van a reducir además los impactos ambientales. Las ciudades están creciendo sobre zonas de riesgo, como La Paz; sobre áreas de recarga de los acuíferos; o sobre tierras agrícolas muy productivas, como en Tiquipaya, en el Valle Alto de Cochabamba y en Santa Cruz, que ponen en entredicho incluso la seguridad alimentaria de las poblaciones”.
Un debate necesario
"Si bien la migración ha sido durante mucho tiempo parte de un proceso más amplio de desarrollo y transformación estructural, los migrantes suelen verse obligados a abandonar sus hogares debido a la pobreza u otras condiciones adversas", sostiene la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
La institución de la ONU tiene especial interés en este tema porque tiene que ver con su objetivo de luchar contra el hambre, lograr la seguridad alimentaria y promover el uso sostenible de los recursos naturales.
Para Martínez, las proyecciones poblacionales del INE —más allá de la fecha en que se realice el censo— ya permiten realizar evaluaciones y analizar “temas de fondo”, como el modelo de descentralización del país, las políticas públicas para los municipios, los casi 30 años de la participación popular y el actual modelo de desarrollo del Gobierno.
“Hay que ver qué ha funcionado y qué no, ¿por qué la mayoría de los municipios están perdiendo población? ¿por qué no están ofreciendo oportunidades a la gente?", aseveró Martínez.
"La situación económica del país es muy complicada en general y habrá que ver cómo están los municipios” en esta actual coyuntura, sostuvo el investigador.