Medio: El País
Fecha de la publicación: viernes 21 de octubre de 2022
Categoría: Institucional
Subcategoría: Tribunal Supremo Electoral (TSE)
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El sistema de transmisión rápida de datos es un sistema operado por técnicos, no por los políticos del Tribunal Electoral, en el que se computan los datos rápidamente a través de un sistema de fotografías y escaneo.
- Redacción Central / El País
- 21/10/2022 02:44
Como hoy, hace tres años, que la credibilidad del sistema electoral boliviano saltó por los aires por culpa de sus administradores, los vocales del Tribunal Supremo Electoral, y conviene hacer muy claramente la diferencia: el sistema electoral boliviano es de alta fiabilidad precisamente porque es púbico, porque cualquiera puede verificar acta por acta y voto por voto; pero no así sus administradores, elegidos en una Asamblea Plurinacional con mayoría absoluta del oficialismo y tan temerosos de una Justicia podrida y funcional como todos.
Aquel día, mientras avanzaba despacio el cómputo oficial, como siempre, alguien decidió reactivar el sistema de transmisión rápida de datos que 20 horas antes alguien había decidido paralizar cuando la distancia entre el primer candidato – Evo Morales – y el segundo – Carlos Mesa – rondaba el 7 por ciento, lo que “condenaba” al gobierno a aceptar una segunda vuelta. En el retorno la distancia había superado esa barrera mágica del 10 por ciento.
El sistema de transmisión rápida de datos es un sistema operado por técnicos, no por los políticos del Tribunal Electoral, en el que se computan los datos rápidamente a través de un sistema de fotografías y escaneo. Funciona en todo el mundo y es por ello que se dan los resultados tan rápidamente en países tan enormes como Brasil. En Bolivia ya se había utilizado en el referéndum de 2016 y se volvía a utilizar ese domingo 20 de octubre de 2019 pero incluso entre los periodistas sonaba a novedad y a chino.
Algunas de las cosas que nunca se cuentan cuando se entra en las discusiones sobre lo que sucedió aquella noche son, por ejemplo, que los responsables del TREP (así se denominaba) ya habían advertido que cortarían la transmisión al llegar al 80 por ciento de los datos, y es lo que hicieron, pero por ello mismo no se entiende que se reactivara al día siguiente con una distancia mucho menor recortada en un porcentaje mínimo de conteo de votos. Otro detalle olvidado es que los Tribunales Electorales movieron sus salas de cómputo a hoteles – en Tarija al hotel Los Ceibos - donde hubo que desplegar nuevas conexiones de internet.
En las investigaciones posteriores sobre lo sucedido se han hecho también muchas hipótesis numéricas y ha habido acusaciones graves entre las dos empresas encargadas de los datos y los servidores – ambas viejas conocidas del sistema – pero el resultado ha sido la defenestración total del sistema de conteo rápido que es utilizado en todo el mundo. Se sufrió en las elecciones de 2020, donde no se utilizó, y también en la de gobernadores de 2021. Arce fue nombrado presidente por los datos de tres encuestadoras privadas y en general se tardó casi una semana en tener datos de municipios y gobernaciones. Desastre es poco.
Sin duda es necesario que se construya la confianza en el sistema a pesar de todo lo sucedido y que a la vez se mantenga el sistema de cómputo oficial. La transparencia es la clave en todo esto que no es otra cosa que la democracia participativa y popular.