Contra viento y marea, se pretende “convencernos” de que el pueblo es “mentiroso”, excepto los adláteres del MAS. ¿Quiénes mienten?, para Noam Chomsky, entre otros, los ególatras y los autoritarios y a través de 10 estrategias. Veamos.

1) La Distracción para el control social. Crear shows (distractores), hacer creer que los “cambios” decididos por la elite son “divinos”. Como que el “soberbio” había tenido derechos humanos por encima de los demás; las plataformas ciudadanas son hijos putativos de la “derecha” (Óscar Silva, MAS); filo-fascistas, amenazan: “el que grite “Bolivia dijo NO” será encarcelado (Franklin Flores, MAS) o se los “chuteará” (Evo Morales). 2) Crear problemas y después ofrecer soluciones. Su método es crear problemas, causar cierta reacción del pueblo para que éste acepte cualquier medida. El NO del 21f no fue voluntad del pueblo, sino de la “derecha”. Dejar que se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos. Crear crisis económicas y presentarlas como un mal necesario. Retroceder en los derechos sociales, desmantelamiento de los servicios públicos.

3) La Gradualidad. Hacen creer que el neoliberalismo se depurará a cuenta gotas, cuando el “evismo” se sostiene, precisamente, con el neoliberal DS 21.060. El narcotráfico, corrupción, desempleo, inseguridad que juntos provocan el descontento generalizado es gradualizado. 4) La estrategia de diferir es inducir a que la masa “amorfa y pacienzuda” se ilusione como otrora, con que “todo irá mejor”, ¡pero mañana!

5) Dirigirse al pueblo como a menores de edad, con argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, débiles, como si el pueblo fuese un deficiente mental. 6) Apelan a la emoción para generar un corto circuito en el análisis racional crítico, e implantar; deseos; miedos. 7) Mantener la ignorancia y la mediocridad, para inducir que el pueblo acepte que las tecnologías, la calidad educativa son una ilusión para ellos. Convencen al pueblo de que su inferioridad e ignorancia.

8) La “publi-propaganda” induce (obliga) a ser tolerante, flexible y complaciente. Defenestran la academia y promueven la “moda” de ser sindicalista; neófito; tonto (sin título). 9) Refuerzan la auto-culpabilidad del pueblo. ¡Maquiavélicos!, inducen a los del pueblo a creer que ellos son los culpables de su desgracia, por su precaria inteligencia, capacidad y esfuerzo, lo que inhibe su acción, y sin acción no hay “rebeldía” (revolución). 10) Conocer a los individuos mejor de lo que ellos se conocen. Es decir, los ególatras creen conocer al pueblo, al indígena, a la plebe, al lumpen, etc., para ejercer control y cooptarlos.

Estas estrategias de manipular (o mentir) la información para conservar el poder se las viene ejerciendo desde hace 12 años, agudizándose con el referéndum del 21F16, cuando se pretendió “reformar” el Art. 168 de la Constitución Política del Estado, para “respostular” a Evo Morales y Álvaro García, hasta ahí, todo bien. El problema surge con el veleidoso desafío: “demostraré que el pueblo me quiere”, dijo. Su ego y autoritario gobierno colmó la paciencia del soberano que dijo ¡NO!, no los queremos.

Entonces se apeló -sin rubor- al TCP (anterior) para que emita, el 27/XI/2017, un “fallo” que habilitó a los soberbios. ¿Temen algo? Sí, por ello siguen y seguirán “manipulando la información y los medios para conservar el “Poder”. Pero les quedan unos seis meses (por el bien de Bolivia) para comprender que ¡“ya no son candidatos”!

El autor es Director del Centro de Investigación, Servicios Educativos y de Comunicación (Cisec).