Medio: Correo del Sur
Fecha de la publicación: miércoles 12 de octubre de 2022
Categoría: Órganos del poder público
Subcategoría: Órgano Ejecutivo
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En semanas consecutivas y, últimamente, incluso cada día aparecen audios filtrados en los que aparecen involucradas autoridades del Órgano Judicial o del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), ambos con sede central en Sucre, la capital del Estado.
Desde que salió a la luz pública la grabación en la que el ahora expresidente del Consejo de la Magistratura, Marvin Molina, quedó expuesto por su reunión con el diputado Gabriel Colque (MAS) y representantes de organizaciones sociales, se redujo la ya disminuida confianza de la población en el trabajo de quienes tienen en sus manos la conducción de la justicia en Bolivia.
Al parecer, ese mal ejemplo de autoridad judicial, cunde. En las últimas horas se dio a conocer otro audio en el que una persona —supuestamente un abogado— busca persuadir a dos exfuncionarias del TCP que denunciaron al expresidente de esa institución, y actual magistrado, Petronilo Flores, ante la Asamblea Legislativa, por el presunto encubrimiento de un trabajador señalado de acosarlas sexualmente.
En este caso la (des)vergüenza es triple: por un lado está el hecho grave de que funcionarias del TCP hayan sido acosadas, según su denuncia, por un colega suyo en esa entidad; por otro, la acusación en contra de un magistrado de pretender encubrir al trabajador señalado de semejante aberración; y, finalmente, lo que revela el nuevo audio: que la autoridad haya mandado a un abogado para tratar de convencer a las denunciantes de que desistan para no perjudicar su “amigo”, de acuerdo con la versión a la que accedió el diario CORREO DEL SUR.
Estamos hablando de un abogado que, según se reveló de manera confidencial, habría sido mandado por Petronilo Flores, expresidente del TCP, para persuadir a las afectadas de que no declaren ante una comisión de la Cámara de Diputados, dentro de una denuncia de juicio de responsabilidades seguida en contra del tribuno en cuestión.
Primero fue un consejero de la Magistratura, Molina, el que salió muy mal parado de la grabación filtrada en la que se le escucha referirse a una repartija de pegas, entre otros comentarios que lo vinculan directamente con organizaciones sociales del Movimiento Al Socialismo (MAS).
Molina, en dicho material, no tiene ningún empacho a la hora de manifestar su posición respecto a la actualidad de la coyuntura nacional y al futuro de las elecciones judiciales, siempre en relación con la política-partidaria del país. Pero, al parecer, nada de esto hizo mella en el aludido que, más allá de reconocer su comprometedor encuentro con un diputado, Gabriel Colque (MAS), se limitó a presentar su renuncia a la Presidencia del Consejo de la Magistratura, como si estu fuese suficiente para limpiar su deteriorada imagen pública.
La falta de independencia del Órgano Judicial quedó abiertamente confirmada con este caso, pero, la autoridad del Consejo involucrada en la grabación de marras sigue en su puesto de trabajo como si nada hubiera pasado.
Ahora se conoció otro audio en el que aparece implicado el ministro de Justicia, Iván Lima, a quien una corriente interna del MAS acusa de encubrir a las cabezas de las principales instituciones judiciales que tienen su sede en Sucre.
¿Hasta cuándo vamos a asistir a este tipo de conductas reñidas con la ética de profesionales que deberían dar el ejemplo desde sus puestos de trabajo? La corrupción está guiando el accionar de ciertas autoridades y la población no puede tolerarlo.