Medio: Los Tiempos
Fecha de la publicación: viernes 20 de julio de 2018
Categoría: Representación Política
Subcategoría: Procesos contra autoridades electas
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Ante la crisis que sacude hace más de un mes a Quillacollo, ayer un gran número de policías de EPIS y unidades tácticas se movilizó por la plaza 6 de Agosto para evitar enfrentamientos entre simpatizantes y detractores de Mérida, además de garantizar el acceso del alcalde suplente Zacarías Jayta a la silla edil.
Los 186 policías desplegados en las calles cercadas a la plaza donde está la Alcaldía recibieron órdenes por parte de “autoridad competente” para que Jayta, acompañado de un notario, ingrese al despacho de la Alcaldía para ejercer su cargo, señaló el subcomandante departamental de la Policía, Raúl Grandy. En tanto, el lunes cuando Mérida tenía un amparo, el comando regional dijo que su misión era garantizar la seguridad de todos, pero no la del Alcalde en particular, y permitió el ingreso de manifestantes hasta la plaza.
Durante la mañana y parte de la tarde, la Policía cerró el perímetro de la Alcaldía para que ningún manifestante ingrese a la plaza 6 de Agosto. Además se permitió que la Alcaldía se cierre con candado después del ingreso de Jayta, alrededor de las 8:30.
“Hemos aislado el sector debido a las agresiones verbales y físicas entre la confrontación de ambos grupos de pasados día. Además tenemos la orden para que el señor Jayta ingrese a su despacho para tome posesión como autoridad interina del cargo y se le dé las garantías correspondientes. Estamos evitando enfrentamientos entre autoridades y ciudadanos”, dijo Grandy.
El jefe policial comandó ayer las acciones, pero el lunes no apareció cuando el escenario también era de confrontación y Mérida pidió resguardo para ingresar.
Ante este exceso, el alcalde Eduardo Mérida anunció que interpondrá una denuncia en contra de las autoridades del Comando Departamental y del ministro de Gobierno, Carlos Romero, por impedir su ingreso a la Alcaldía.
“Impedir y estorbar el ejercicio de funciones es un delito penado por cuatro años. Vamos a iniciar acciones legales contra estas autoridades. Pido que se pronuncien y me den garantías para ingresar a la Alcaldía porque quiero cumplir mi mandato, soy un alcalde restituido”, agregó Mérida.
Sin embargo, el alcalde suplente Zacarías Jayta indicó que no existe confrontación entre los ciudadanos de Quillacollo, debido a que el grupo que apoya a Mérida son funcionarios y ciudadanos que “le deben” favores. “No hay división, lamentamos que Mérida escandalice a la población de esta manera”, dijo.
Perjuicio
Los comerciantes y unidades educativas situadas en inmediaciones de la Alcaldía se vieron perjudicadas por los conflictos de la crisis municipal.
Los vendedores del mercado central lamentaron que desde hace más de un mes sus ventas hayan disminuido, debido al cierre de calles y el temor de gasificación. Por otra parte, el alcalde suspendido Eduardo Mérida lamentó que tres unidades educativas hayan paralizado sus actividades por el contundente resguardo policial que impedía el paso de la gente.
Ante estos hechos, el subcomandante departamental de la Policía, Raúl Grandy, dijo que se permitió el ingreso de estudiantes a los colegios, pero fue decisión de sus directores paralizar sus actividades.
186 policías se encargaron de evitar una confrontación entre bandos que apoyaban a Eduardo Mérida y Zacarías Jayta ayer en el centro de Quillacollo.
AGRESIÓN POR PARTE DE LA POLICÍA
Más de 30 personas del bloque del alcalde suspendido Eduardo Mérida, que estaban en vigilia en las puertas de la Alcaldía el miércoles en la noche, denunciaron que sufrieron agresiones por parte de los policías.
“Estábamos en vigilia, y a las 6:00 (de ayer), policías vinieron y nos sacaron a patadas del lugar, nos dijeron que tenían órdenes del ministro Romero”, dijo una de las afectadas. Señalaron que en el lugar se encontraban mujeres embarazadas, que fueron reprimidas.
Mérida denunció que un familiar del concejal Víctor Osinaga (MAS) estaba entre los policías que resguardaron a Jayta.