Medio: La Patria
Fecha de la publicación: lunes 16 de julio de 2018
Categoría: Legislación electoral
Subcategoría: Leyes nacionales y decretos reglamentarios
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Un artículo del politólogo y exvocal de la Corte Nacional Electoral, Jorge Lazarte R. nos permite encabezar nuestro comentario editorial con una referencia especial al movimiento que generan los partidos políticos, unos cuantos con su licencia válida y más de una decena en busca de adecuarse a la Ley de Partidos todavía en uso aunque en proceso de renovación, por lo que el panorama electoral que ya parece comenzar en su movimiento, tendrá más de una veintena de interesados en manejar el poder gobernante del país.
A propósito del hecho recogemos la opinión del especialista, cuando señala que "no hay duda de que la democracia ha incorporado el principio del voto para la definición de los titulares del poder; pero la democracia es al mismo tiempo un nuevo código de la política. Este nuevo código hace que lo que antes era pensado como única alternativa, ahora sean verdaderos dilemas que deben enfrentar y resolver adecuadamente los partidos".
Se amplía la idea al reconocer que uno de los dilemas (de los partidos), es la opción entre mantener una marcada identidad partidaria y el esfuerzo simultaneo de ganar elecciones. La identidad particulariza a ciertos grupos de la sociedad cuando entran en el juego electoral pretendido de ganar elecciones vinculándose con una mayoría de los sectores de la población, una opción sumamente difícil si se toma en cuenta la diversidad de corrientes y los criterios cada vez más formales de una población que se prepara políticamente y que responde menos a incitativas de grupos o movimientos en gestación política.
Según el analista político, los partidos actuales tienen identidades "muy flojas", debido entre otras razones a la lógica del mecanismo electoral, añadiendo el otro dilema de establecer su condición como partido de "militantes" o de meros electores, por lo mismo el dilema matriz al que no están habituados los partidos, tiene que ver con su función básica de ser mecanismos de mediación entre el poder y la sociedad. Ese dilema define los demás.
Con esas reflexiones nos adentramos en el tema al saber que en la actualidad existen nueve organizaciones políticas vigentes con resoluciones legales de reconocimiento y que enrumbarán su accionar hacia las elecciones del 2019, pero también se informa de la existencia en "curso de trámite" de quince solicitudes de reconocimiento de personalidad jurídica para nuevas organizaciones políticas. De todos modos, sin conocer resultados de las gestiones, hay nueve partidos, entre estos los más tradicionales en el país que están dispuestos a librar la batalla electoral del próximo año. Cómo lo harán, es la gran duda del presente y la expectativa del futuro, sin tomar en cuenta aún a otras corrientes que puedan legalizar su reconocimiento como partidos políticos, vale la aclaración porque ya no tendrán validez, los "oportunistas" movimientos ciudadanos que funcionaron a la pesca de curules parlamentarios o municipales.
El hecho es que el tiempo corre, avanzamos en el segundo semestre del año y se espera que el TSE, tenga a mano en corto tiempo, el proyecto aprobado de la Ley de Organizaciones Políticas, que actualmente se encuentra en la Asamblea Legislativa para su debate democrático entre los legisladores, que tienen en sus manos un elemental documento que debe fortalecer la democracia nacional.
El dilema de los partidos políticos es despejar las dudas existentes sobre la validez representativa de las fuerzas ideológicamente formadas y que deben ser expresión real y evidente del pensamiento del pueblo, democráticamente admitido y respetado.