Primero hay que entender que los cambios de ciclo en la política y dentro de su clase dirigencial suelen ser eventos traumáticos para las estructuras partidarias.

Puntualizaremos que nuevo no quiere decir joven; además, estos nuevos actores políticos pueden o no perder vigencia, depende lo que ellos mismos hagan en este largo periodo sin elecciones que vivirá el país hasta el 2026.

Por último, los “nuevos actores” demostraron capacidad de aglutinamiento y liderazgo, a diferencia de otros actores políticos que bien pueden tener vigencia hasta el 2026, pero que son incapaces de liderar un proyecto propio.

Estas nuevas caras surgen además porque el Beni ha vivido y continúa viviendo un cambio de ciclo político. Los partidos tradicionales sufrieron reveces electorales tanto en las elecciones nacionales como subnacionales y las otrora poderosas estructuras se fragmentaron, dejando un futuro incierto para el MAS, el Movimiento Demócrata Social (MDS) y el MNR.

Las nuevas caras

Una cara nueva en la política beniana es el actual alcalde de Trinidad, Cristian Cámara; rompió con su anterior partido (MAS) y se lanzó con sigla prestada, a pesar de haber tenido una estrecha victoria electoral, asentó su liderazgo y su aceptación, convirtiéndose en un nuevo actor político, claro que esta proyección depende mucho de lo que haga en su actual gestión.

Y ojo, no todos los alcaldes electos tienen la capacidad de proyectarse, porque eso dependerá de su pericia para lograr construir las condiciones necesarias para reproducir poder, crear estructura, sumar militancia, en fin, constituirse en una opción política real para el 2026.

Mauricio Barba, concejal de Trinidad, que, a pesar de venir de una estructura en crisis, se está convirtiendo en un férreo fiscalizador de la gestión municipal, lo que lo ha puesto en el radar de la opinión pública.

A pesar de venir de estructuras nuevas o en crisis, habrá que seguirles la huella a los burgomaestres de San Ignacio, Juan Abularach; San Borja, Ronald Tovias; San Javier, Cristian Velasco; Santa Ana, Rocío Roca; Riberalta, Ciriaco Rodríguez.

La subgobernadora de la provincia Vaca Diez, Patricia Ojopi, a pesar de una gestión terriblemente complicada, se está convirtiendo en un referente en su región.

Las elecciones nacionales en el Beni dejaron algunos nuevos actores, electos por fuerzas nacionales que han sido incapaces de crear estructura en la región, pero que, a pesar de esto, han logrado repuntar como opciones interesantes para entrar a esta nueva clase política que se está construyendo en el departamento.

El diputado de Creemos Fernando Llapiz, el diputado más joven en la historia de Bolivia, con tan solo 22 años venció en una circunscripción en la que por 20 años habían ganado los candidatos de MDS.

Surgió de la lucha de los 21 días, y está de a poco logrando sobreponerse a la falta de estructura de su partido en el Beni, ganándose un lugar dentro de esta nueva clase política.

Priscila Dantes, diputada por Comunidad Ciudadana (CC), está realizando un trabajo que no pasa desapercibido, y a pesar de la falta de una estructura política que la respalde, está convirtiéndose en una opción con gran proyección.

En el norte del Beni, Óscar Balderas de CC, está haciendo esfuerzos notorios por no perder su base electoral, lo que puede darle un lugar en esta nueva clase política en formación.

Alejandro Unzueta, gobernador del Beni, goza de una amplia aceptación popular, esto lo hace un actor nuevo con gran proyección.

Su gestión tiene profundos problemas, primero una asfixiante crisis financiera heredada de las anteriores administraciones, como también una férrea oposición política, desde el MAS en la Asamblea Legislativa Departamental (ALD) y de la anterior clase política beniana (de la que hablaremos en otro artículo).

Si la actual primera autoridad del Beni logra sortear estos complicadísimos escollos, será parte de la nueva clase política beniana con opción de poder el 2026.