Medio: El País
Fecha de la publicación: viernes 29 de abril de 2022
Categoría: Autonomías
Subcategoría: Departamental
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Empieza la parte seria de la legislatura en que se define la suerte de verdad de una carrera y que se concentra en lograr las grandes reformas que se requieren para que el departamento funcione
- Redacción Central / El País
- 29/04/2022 01:41
Si ninguna fuerza extraña lo evita, hoy se llevará adelante una de las elecciones de Directiva más incierta de los últimos años, pues así lo quiso la voluntad popular en el día de las elecciones subnacionales del ya lejano 7 de marzo de 2021.
Después de una legislatura en la que el Movimiento Al Socialismo (MAS) tuvo una mayoría abrumadora en el legislativo, la distribución para esta ha sido mucho más ecuánime: el MAS suma 13 curules, la agrupación Unidos 12, la agrupación Todos dos curules y la Bancada Indígena tres curules, aunque en realidad considerarla como una unidad es un exceso, ya que cada uno solo rinde cuentas ante su propio pueblo indígena al cual representa.
En la primera gestión de la legislatura, Unidos movió sus fichas y logró articular una mayoría significativa para lograr copar la Directiva de la Asamblea, así cerró acuerdo con los tres pueblos indígenas, siendo la presidencia para Nicolás Montero, y también se sumó Todos, con dos curules ciertamente independientes como Francisco Rosas y José Luis Sanguino, además de un voto díscolo del MAS.
Esta situación ha generado sin duda una sintonía con muy pocos precedentes dentro de la corta vida de la autonomía departamental pero que ha servido para darle al departamento cierta estabilidad política en un año complicado en el que el Gobernador ha tratado de poner en orden las finanzas de la institución, para lo que no ha dudado en tomar decisiones dolorosas e impopulares, como el cierre del Sedeca o la drástica disminución de la canasta alimentaria; además de dejar de licitar, y sobre todo, acabado con la espada de Damocles del débito automático que pendía sobre las cabezas con la Ley del 1 por ciento.
Una vez “ordenada la casa”, como le gusta decir a Montes, quedan cuatro larguísimos años por delante para tratar de darle un horizonte al departamento, delinear una especie de camino común sobre el que todos deberíamos sumar esfuerzos para impulsar el desarrollo y el bienestar de los ciudadanos, y en eso, aparentemente, lo mejor es que el legislativo y el ejecutivo se complementen para enriquecer las propuestas, salvo, claro, que ninguno de los dos sepa hacia dónde quiere ir.
El poder ejecutivo se ha comprometido a presentar en poco tiempo un plan para emprendedores, mientras sigue pendiente el asunto de la renovación de la Ley del 1 por ciento. Además, hay otros asuntos pendiendo de un hilo, como la realización del Censo, sin olvidar que el Gobernador pidió que se pausaran o eliminaran más de 300 leyes, aunque nadie le ha dado mayor relevancia a la petición, tampoco el equipo cercano.
Empieza la parte seria de la legislatura, el segundo año, esa parte en que se define la suerte de verdad de una carrera y que se concentra en lograr las grandes reformas que se requieren para que el departamento funcione. El Pacto Fiscal interno, la revolución digital educativa, la definitiva ley electoral y todos los demás paquetes de reformas que se quieran implementar deben hacerse ahora, para que su resultado no se utilice electoralmente ni si sale bien ni si sale mal.
Es tiempo de democracia, veamos qué es lo que esta decide.