Medio: El País
Fecha de la publicación: domingo 03 de abril de 2022
Categoría: Autonomías
Subcategoría: Departamental
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Unidos suma 12 curules y la bancada indígena tres, aunque en la votación sumó 18 con un díscolo del MAS y los dos de Todos. El MAS, con 13, espera que los indígenas cambien de opinión y les apoyen
- Miguel V. de Torres
- 03/04/2022 00:00
Las hostilidades han empezado. El Movimiento Al Socialismo (MAS) en Tarija ha estado de vacaciones año y medio, donde apenas se ha podido reorganizar, pero la determinación de colocar a Marcelo Poma como coordinador gubernamental para salir del letargo ya ha abierto un frente, precisamente el que más conoce. El MAS quiere recuperar la Asamblea Legislativa Departamental para hacer una tarea de oposición formal al gobernador Óscar Montes.
La tarea no es difícil. De hecho era lo que se preveía hace un año, hasta que las buenas artes del Mauricio Lea Plaza consiguieron forjar una alianza entre Unidos y la bancada indígena a cambio de la Presidencia del Legislativo, la multiplicación por tres de la dirección de Pueblos Indígenas y algún que otro beneficio específico que se pudo cerrar a tiempo.
En marzo de 2021, aunque ganó la primera vuelta con Álvaro Ruíz, el MAS firmó uno de los peores resultados de su historia reciente en el legislativo: trece curules insuficientes para controlar el órgano, que todavía mantiene 30 asambleístas titulares y otros tantos suplentes.
Aún así, se suponía que no le sería difícil sumar los tres curules de la bancada indígena para su fin, sin embargo, se atragantaron las vacaciones y Unidos le ganó de mano poniéndoles en un momento complicado.
En 2015, con los malos resultados de Pablo Canedo, que rozó el 40 por ciento en primera, logró 16 asambleístas, una mayoría absolutísima que ató de manos al gobernador Adrián Oliva. En 2010 solo sumó 11 porque se dio el fenómeno del PAN en el Chaco, que sumó cinco de los seis curules en juego. Sin embargo no le costó romper esa bancada, hacer alianza también con los pueblos indígenas y controlar el poder, y de qué forma, apenas seis meses después de la elección, el gobernador electo Mario Cossío huyó al Paraguay por la acusación formal del caso Imbolsur (del que salió absuelto diez años después) que abrió el paso a su suspensión y a la posterior elección de Lino Condori. Ni más ni menos.
Las cuentas
Lo cierto es que Unidos logró doce curules en la elección de 2021, ganando en feudos masistas de primer orden, como en Entre Ríos, pero la alianza con los tres curules indígenas sumó 18 votos a favor. Esto es, se sumaron a esa alianza los dos curules de Todos y un voto del MAS, que aunque algunos aseguran que se trató de “un error”, la mayoría tiene muy claro que en su bancada hay un tránsfuga.
En esas, al MAS puede tampoco servirle con voltear dos indígenas a su palo, por lo que las negociaciones con los curules de Todos ya han empezado, pues en ambos casos se trata de dos políticos con voz propia y poca filia a las siglas y a los jefes.
El más cercano a Unidos es José Luis Sanguino, hijo político de Wilman Cardozo, el trotamundos del Chaco, y que logró un puesto en la Directiva, por lo que no parece probable que vaya a cambiar de opinión.
El otro es Francisco (Pancho) Rosas, otro trotamundos, en este caso de Cercado, que tiene además causas propias para no votar junto a la alianza. Una es que mantiene un pulso personal con Óscar Montes desde que no lo eligió sucesor a la alcaldía de Cercado en 2015, prefiriendo a Rodrigo Paz, con quien finalmente acabó peleando. La otra es que su hermano, Edwin Rosas, diputado de la C40 por Comunidad Ciudadana, ya ha cruzado la línea roja para meterse en la Directiva de Diputados con los votos del MAS y no de su propia bancada.
Sanguino es joven y Pancho no, y en esas el segundo tiene más espaldas para romper la disciplina inexistente del partido del exgobernador Adrián Oliva que apenas ha dado una directriz: no beneficiar nunca al MAS en la toma de decisiones.
Y el elegido es…
Poma lo tiene claro: en una bancada hecha a la medida de Álvaro Ruíz, que negoció los cargos en franja de seguridad a cambio del apoyo en la nominación frente Walter Ferrufino, la mejor opción es que presida un tercero de otra bancada con quien pueda mediar directamente sin pasar por las complejas relaciones sindicales. Lo normal es un indígena pro – MAS, pero también puede cuadrar la figura de Pancho Rosas.
SI finalmente se busca en la propia bancada, gallos sobran: Eider Quiroga de Uriondo, Marina Hoyos de las Bartolinas o José Yucra, Intercultural, son algunas de las cartas de presentación. En cualquier caso, de momento, todo es incógnita.
Sin agenda política para la efeméride
Empezó abril y, además de las negociaciones por la Asamblea, se abre un periodo de vida política institucional que debería abrir algunas puertas cerradas. Desde hace varios años se vienen recibiendo promesas sobre proyectos que finalmente no se construyen, por lo que no parece que vaya a ser buena idea para el Gobierno insistir en esa línea.
Desde la Gobernación tampoco se esperan sorpresas, pero sí se espera poder aprovechar para concretar la primera reunión entre Óscar Montes y Luis Arce. El pragmatismo del primero sugiere que puede ser logrado, ya que solo se esperan compromisos de financiación de la deuda preexistente en el departamento.