Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: domingo 27 de marzo de 2022
Categoría: Organizaciones Políticas
Subcategoría: Democracia interna y divergencias
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
No es por su fracasado juicio contra Chile, que alejó a Bolivia del mar como nunca antes, ni por su posterior provocación que derivó en un proceso contra el país por las aguas del Silala, Evo Morales se encuentra con el agua en el cuello por las crecientes demandas de renovación en su partido.
Ya no se trata de unos cuantos dirigentes con aspiraciones de crecimiento interno, sino de facciones que demandan renovación y que aparentemente encuentran apoyo en el gobierno de Luis Arce.
Eso ocurrió en la semana cuando el Presidente asistió a una reunión en la que participó el diputado Rolando Cuéllar, expulsado del partido por la dirigencia evista. Luego participó en una reunión del denominado Bloque Oriente, en Santa Cruz, en la que se respaldó a Cuéllar y a la dirigente Angélica Ponce, también expulsada. En la cita estuvo además el vicepresidente David Choquehuanca.
“La línea que ha dado el Presidente Arce (y el vicepresidente Choquehuanca) es cuidar a los líderes que están surgiendo”, señaló Ponce a la conclusión de la cita. Así las cosas, Morales podría estar al borde de la asfixia.