En esta entrevista con Página Siete, el secretario general del  ALBA habla, entre otros detalles,  sobre su relación con el Presidente, el 21F y el libro que escribe sobre la historia del MAS. 

¿Cuáles son las principales amenazas internas que le hacen daño al MAS y que a usted le preocupan? 

Como en toda organización hay amenazas internas y externas. Internamente se ha descuidado la formación política ideológica en las bases, hay que trabajar el fortalecimiento de principios y valores para alcanzar armonía no sólo entre las personas,  sino con la naturaleza, con nuestra madre tierra. Tener cuidado con los oportunistas, con la corrupción y la burocratización del proceso de cambio. Como decía el Comandante Chávez:  “La corrupción y la burocracia son operaciones contrarrevolucionarias dentro de la revolución”. 

¿Por qué dejó la  Cancillería después de tantos años?

Para hacer trabajo de bases contra la mentira, la intriga, el engaño, la ambición, para fortalecer el gobernarnos nosotros mismos, para volver a nuestra JIWASA = no soy yo, somos nosotros. Para cuidar  el proceso de cambio, para cuidar y trabajar la unidad para fortalecer nuestro qhapaq ñan para despertar la energía comunal

¿Se siente “anulado” por el MAS y por el Gobierno? 

Soy un convencido de que un día nosotros mismos nos vamos a gobernar y que este proceso de cambio no tiene retroceso;  poco a poco implementaremos leyes de acuerdo a nuestro YUYAY o AMUYU -pensamiento propio, propia ideología, recuperar nuestro ajayu-. Nuestra lucha va más allá de intereses partidarios y coyunturas políticas; nuestro compromiso es con el Pachakuti y nuestra Pachamama. Somos guerreros del arco iris, somos piedra, somos de Tiwanaku; por eso no nos doblegamos... Soy uno de los constructores del MAS-IPSP.

¿Cómo  es su relación con el presidente Evo Morales?  

De respeto y hermano. Admiro su honestidad.

¿Cree que los resultados del 21F deben ser respetados? 

Todo referendo tiene un alcance específico y el referendo del 21 de febrero era para reformar un artículo de la Constitución. Y se ha respetado, no se ha modificado nada de nuestra Constitución.  Por eso las organizaciones han optado por  otros mecanismos legales constitucionales, en el marco del derecho internacional, para no limitar el derecho de elegir y ser elegido de cualquier ciudadano. 

¿Cuál es su relación con el ministro de Justicia, Héctor Arce? 

Igual que con cualquier otro compañero del MAS.  

¿Qué  misión   cumple en el MAS de cara a  2019? 

Trabajo de bases, no sólo a nivel nacional, sino  continental. Estamos trabajando la continentalización de la lucha, la integración de nuestros pueblos. Nuestra Revolución Cultural, nuestro Proceso de Cambio se convirtió en un faro para los pueblos no sólo de nuestra región, sino en varios temas. Somos referentes en el mundo. Nuestro compromiso no sólo es con Bolivia, es con nuestra región, nuestro continente y más allá.

Usted está escribiendo un libro sobre la historia del MAS, ¿qué revela allí?

Lo nuestro no está escrito, es importante escribir sobre nuestra historia. La historia del instrumento político forma parte de nuestra historia, de la nueva historia de recuperación de nuestra dignidad, de nuestra soberanía, de nuestra filosofía, de nuestra identidad, etc.  Hay muchos pasajes inéditos de la construcción del instrumento político, que es necesario dejarlos escritos.   

  
¿Por qué  el Gobierno descartó la contrademanda por el Silala? 

Prefiero no abordar sobre este tema por ser sensible y estar en una corte internacional.  

¿Qué errores ve en el manejo de la demanda marítima?

Me remito a la respuesta anterior.  

En el tema de las relaciones Iglesia-Gobierno, ¿quién falla? 

Lo que es del César para César y lo que es de Dios para Dios. Cada institución, no sólo la Iglesia, tienen que abocarse para lo que están establecidas y el respeto tiene que ser la base de toda relación. En el caso particular de la Iglesia yo pienso que debía de acompañar a alcanzar los objetivos del plan nacional de desarrollo de nuestro Gobierno y apostar a garantizar el ejercicio  de los derechos de los más abandonados. 

Siendo canciller, ¿qué pudo observar en la actitud del presidente Morales hacia la Iglesia?  

El hermano Evo Morales  creo que es militante de base de la Iglesia. Siempre se ha expresado con respeto hacia la Iglesia. Reflejo de eso es la buena relación con el Papa Francisco. 

¿El Cardenal ayudará a mejorar  las relaciones entre el Gobierno y la jerarquía eclesial? 

Personalmente no lo conozco al nuevo cardenal, pero pienso que viene del pueblo y conoce las necesidades de nuestros pueblos. Ojalá no se olvide de sus raíces e influya en la Iglesia para tener buenas relaciones en el marco de respeto mutuo. 
 
¿La denominada  Casa Grande del Pueblo es “demasiado lujo”? 

Los bolivianos tenemos que dejar de pensar en pequeño, tenemos que salir de nuestro enclaustramiento, tenemos que dotarnos de espacios adecuados para el desarrollo de nuestras actividades en todos los campos. Tener lo necesario. Ojo: no confundir lujo con comodidad. 

Tenemos que dejar de pensar negativamente. Hay muchas cosas que se han hecho en este proceso de cambio, entre ellas la construcción de la Casa Grande del Pueblo. Las personas pasan, las obras quedan.

¿Cómo ve la situación de Unasur,  tomando en cuenta que Ecuador pidió la devolución de  la sede y el presidente electo de Colombia anunció  que su país abandonará definitivamente el organismo internacional?

Veo con mucha preocupación y tristeza declaraciones de algunas autoridades que no quieren que Unasur  se consolide (...).  Tengo la esperanza de que vamos a superar esta situación difícil que atraviesa nuestra Unasur. Las autoridades deben   tener la capacidad de sentarse y encarar cualquier situación de crisis que pueda presentarse. Es mediante el diálogo que se tiene que superar cualquier diferencia.