El científico colombiano, Jesús Olivero, coordinador del doctorado en Toxicología Ambiental de la Universidad de Cartagena, Colombia, denunció ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que, las concentraciones de mercurio en los organismos de los indígenas de la cuenca amazónica del río Beni en Bolivia, están muy por encima de lo permitido y provocan tres daños a la salud.
“Tomamos 350 pruebas a comunidades indígenas del río Beni, se las analizó en el laboratorio de toxicología, las concentraciones oscilaron entre una parte por billón y siete partes por billón, con un promedio de siete partes por billón, cuando internacionalmente se acepta un billón en el cabello, pero en todos los casos se encontró concentraciones por encima”, señaló durante una sesión para Bolivia, habilitada por la CIDH, en el marco del periodo 183 de sesiones.
La denuncia por afectación a la vida y salud de los pueblos indígenas por la contaminación de mercurio fue presentada por el Centro de Documentación e Información Bolivia (Cedib) y la Coordinadora Nacional de Defensa de Territorios Indígenas Originarios Campesinos y Áreas Protegidas de Bolivia (Contiocap), según una nota.
“Tuvimos algunos casos en los que presentaron concentraciones hasta 27 partes por billón”, acotó tras la toma de muestras, a finales de octubre de 2021.
Dijo también que conjuntamente con la colecta del cabello, las comunidades indígenas hicieron evaluaciones generales del estado de salud a través de encuestas y fue notable el reporte de la pérdida de memoria, temblor en las manos y problemas sensoriales para un buen número de personas, sobre todo en aquellas personas con elevada contaminación por mercurio.
El científico dijo que las problemáticas observadas en Bolivia en materia de contaminación por mercurio son muy similares al del resto de la cuenca amazónica, donde los indígenas tienen como única posibilidad para consumo de proteínas la utilización de peces a los que pueden acceder a través de la pesca.
“El mercurio es uno de esos elementos capaz de incrementar su concentración a medida que aumenta el pez en la cadena alimenticia, la utilización del pescado como fuente de proteína por estas comunidades va a tener consecuencias en el proceso de acumulación del mercurio entre las personas”, alertó.
La preocupación mayor surge por los niños y pide actuar a la brevedad.
Lamentablemente, advirtió que los indígenas no tienen voz propia para exigir una moratoria en el uso del mercurio, de tal manera que la alimentación no esté contaminada por este metal.