Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: domingo 15 de julio de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Repostulación presidencial / 21F
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Yo sólo había hablado de democracia, las conclusiones las sacó él. Cuento este pasaje del viaje realizado a fines de junio por el equipo del periodista Gonzalo Rivera y mi persona a Chulumani, Coripata, Irupana, Huancané (Sud Yungas), Miguillas y Cajuata (Inquisivi) para entender por qué días después el presidente Evo Morales visitó la misma región e instigó a sus bases a sacarnos del lugar con violencia, a chutazos (patadas).
“Aquí están viniendo a Yungas (…) para confundir con talleres, seminarios. Si fuera cocalero de Yungas a chutazos sacaría de aquí, porque no tienen ninguna moral ni autoridad para seguir confundiendo”, azuzó Morales el pasado jueves en La Asunta, a donde viajaremos a fin de este mes.
Como verás, Morales menospreció la inteligencia de sus seguidores al tratarlos como a seres dóciles y fáciles de manipular. En cambio, Gonzalo y yo nos esforzamos por generar pensamiento para que nuestro auditorio saque sus conclusiones a partir de experiencias personales.
Los seminarios no rondaron sobre la gestión de Morales ni sobre sus dichos ni hechos, sino sobre democracia, oratoria y liderazgo. Es decir, sobre sistemas de gobierno y felicidad, el imperio de la ley, la independencia de poderes, el significado de los derechos y libertades, las características de un líder o lideresa con espíritu democrático, la soberanía popular, el voto, la Constitución como límite al poder y las técnicas para hablar en público.
En todo momento dejamos a nuestros interlocutores en la libertad de creer o actuar como les plazca, de aceptar o no nuestros argumentos en el marco del sistema democrático, como aconseja el lingüista Teun van Dijk.
En respuesta, Morales asignó a sus interlocutores un papel pasivo. Como diría el español Miguel Roiz, los manipuló claramente, tergiversando los hechos (ninguno de nosotros fue viceministro) con el fin de dirigir sus comportamientos hacia la comisión de un delito.
“El manipulador ejerce control sobre otras personas, generalmente en contra de su voluntad o en contra de sus intereses. La manipulación no sólo involucra poder, sino específicamente, abuso de poder”, reflexionaría Teun van Dijk a propósito del discurso de Morales.
Con su instigación, el gobernante que se irá del poder el 22 de enero de 2020, confesó que le molesta que la gente hable de democracia y le irrita que piense y se autogobierne.
Pues no hay ser más libre que aquel que piensa y se dignifica como ser humano hasta autogobernarse, y excluir de su vida a políticos que se autonombran salvadores o guías espirituales “eternos”.
“Por lo que he entendido, el gobernante que no acata la orden del voto puede hacer desgraciado e infeliz a su pueblo, puede llegar a provocar la violencia entre hermanos con tal de quedarse en el poder”, me dijo una señorita que llegó desde Pasto Pata a Chulumani a compartir conocimientos sobre la relación democracia y felicidad.
Pensar de forma autónoma no es delito, menos hablar de democracia. En esa línea, yo no induciría a sacar a chutazos a Evo de ningún lugar; sólo diría que si no están de acuerdo con él ni con lo que hace o dice, no lo escuchen ni asistan a sus concentraciones y hagan respetar el referendo del 21 de febrero de 2016 con medidas democráticas.
Toda persona merece respeto, no porque ejerce un cargo circunstancial, sino por su condición de ser humano. Pues hemos venido al mundo a ser felices en democracia y no a chutearnos entre seres humanos.
Andrés Gómez Vela es periodista.