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Desde hace 15 años aproximadamente, la franja sobre la que no se ponen de acuerdo los municipios de Santa Cruz de la Sierra y Cotoca ha generado una serie de problemas a las personas que adquirieron terrenos ahí, ya que en muchos casos, los lotes fueron vendidos varias veces.
De acuerdo a funcionarios de las alcaldías de Cotoca y de Santa Cruz de la Sierra, el conflicto por la frontera no debería afectar el derecho propietario, pero la realidad es que los desalojos, los enfrentamientos y la violencia son el pan de cada día en la zona, a la que la Policía llama "zona roja de avasallamientos".
Por el momento, la documentación se encuentra entre el Viceministerio de Autonomías y la Comisión de Constitución de la Asamblea Legislativa Plurinacional, y solamente cuando se apruebe y se convierta en ley nacional, Cotoca podrá aspirar a la aprobación de su mancha urbana, por ahora en suspenso.
Uno de los problemas de larga data es el que se generó entre el barrio Santa Lucía, registrado en Santa Cruz de la Sierra, originalmente propiedad de Líder Muñoz, y la urbanización Bella Brisa, propiedad de Franklin Lijerón Paz, aprobada en Cotoca. Existe una orden para desalojar a los habitantes de Santa Lucía desde 2013 que no se ha hecho efectiva hasta la fecha.
Los vecinos de Santa Lucía aseguraron que los terrenos de Franklin Lijerón le fueron pasados por Negro Gil, con antecedentes de avasallamiento. Sin embargo, el abogado de Lijerón, Adalberto Montero, presentó los papeles originales y copias, arguyendo que según testimonio, fueron adquiridos del Banco Bisa a través de un proceso de remate.