Medio: ANF
Fecha de la publicación: miércoles 26 de enero de 2022
Categoría: Consulta previa
Subcategoría: Concesiones mineras, construcción de carreteras, exploración hidrocarburífera, proyectos de desarrollo, otros
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Alex Villca responsabilizó a la AJAM, al Sernap y a la ABT por el ingreso de operadores mineros al Parque Nacional Madidi y a los territorios indígenas.
El vocero de la Coordinadora Nacional de Defensa de los Territorios Indígenas Originarios Campesinos y Áreas Protegidas de Bolivia (CONTIOCAP), Alex Villca, denunció que cada vez la actividad minera de explotación de oro “está tomando mayor impulso y penetrando en sitios frágiles como el Parque Nacional Madidi y los territorios indígenas, declaró a la ANF.
Protestó porque el año pasado conocieron que la AJAM ha “estado otorgando derechos mineros sobre el territorio indígena y áreas protegidas, como en el caso Madidi y Pilón Lajas y otras áreas”, pero además afectando a los pueblos indígenas lecos, uchupiamonas y tacanas.
Con el trascurrir del tiempo se ha evidenciado que la explotación minera ha pasado de ser artesanal a ser mecanizada y de gran envergadura que está destruyendo los ríos y la naturaleza. El 2021, esta actividad se ha incrementado de manera considerable.
Detalló que el primer año se advirtió la presencia de al menos 12 dragas, pero que después se duplicó a 24, no obstante, por reportes de la gente que habita en el lugar ahora hay alrededor de 60 dragas, operadoras con empresas colombianas y chinas.
Villca advirtió que estas actividades a gran escala han destruido el río Kaka. “Ahora se están trasladando gradualmente al rio Tuichi y ahí vemos volquetas, maquinaria pesada, retroexcavadoras para abrir caminos, para cargar el material y luego lavar el oro”, explicó.
Mostró su preocupación por la afectación que puede sufrir el río Tuichi que hasta ahora había sido considerado como el río más saludable, limpio, sin contaminación, sin embargo, sospecha que incluso ya hay consecuencias por el uso de mercurio en la actividad minera aurífera.
Acotó que no hay evidencia de que exista algún tipo de control o tratamiento en el uso del mercurio, más aún cuando la importación de mercurio es alarmante, de 200 a 220 toneladas que ingresaría al país y que el 70% va a la actividad minera. “Eso es terrible para nosotros”, dijo.
Mostró su preocupación por que los niveles de mercurio estarían por encima de los permitidos por la Organización Mundial de Salud. Anticipó que se realiza gestiones con instituciones para visitar las comunidades indígenas para establecer de alguna manera el impacto del mercurio.
/NVG/