Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: lunes 24 de enero de 2022
Categoría: Organizaciones Políticas
Subcategoría: Democracia interna y divergencias
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
En medio del encendido debate oficialista sobre los cambios (que aún no se dieron) en el gabinete de ministros del presidente Luis Arce Catacora, Evo Morales y Álvaro García Linera lanzaron afirmaciones que hacen pensar que, para ellos, el actual binomio gobernante no está a la altura del que conformaron durante 14 años.
Primero lo hizo Morales, durante su habitual entrevista dominguera en Radio Kausachun Coca. “Sólo quiero decirles, a mí, cuando Álvaro García Linera estaba de vicepresidente, nunca me ha condicionado, nunca me ha chantajeado ni sugerido siquiera quién va a ser ministro, esa es responsabilidad del Presidente”, dijo.
A buen entendedor, pocas palabras. El expresidente y jefe del Movimiento Al Socialismo insinuó con esa cita (que además lanzó sin que le pregunten) que el actual vicepresidente, David Choquehuanca, sí chantajea al Presidente en ejercicio.
Luego, en una entrevista en el periódico argentino Perfil, García Linera marcó las diferencias que existen entre Arce y Morales. Dijo que uno es el ganador de las últimas elecciones con el 55% de respaldo y el otro un “líder carismático de esos que surgen cada cincuenta años en la vida de un país”. Agregó que ningún otro líder social en Bolivia tiene la relación emotiva que tiene Morales con la gente del pueblo.
Habló de desencuentros y mencionó que “a veces Evo piensa que todavía puede actuar como presidente cuando ya no lo es”, mientras que a veces Arce toma decisiones “sin haber acordado o consultado previamente con el líder de las organizaciones sociales”, o sea, con Evo.
En otra parte habló sobre la lucidez que debería tener un presidente. “Hay que tener el suficiente respeto para que las decisiones las tome el presidente, pero el presidente debería tener la suficiente lucidez para oír a personas que tienen más experiencia. Escuchar reflexiones, para compartir decisiones”.
En pocas palabras, el exbinomio gubernamental masista ve al actual desde arriba y no lo disimula. Tal vez ello explique el artículo que publicó el viceministro de Coordinación y Gestión Gubernamental, Freddy Bobaryn, y que luego fue censurado en los propios medios del Estado.
En él cuestiona “la soberbia” de quienes en su partido profesan verdades absolutas para impedir el debate interno que lleve a reconducir el denominado proceso de cambio. “El entornó que justificó teóricamente la indispensabilidad de la presencia del jefazo como única garantía de unidad en el país, se equivocó”, reflexiona.
Lo evidente es que quienes renunciaron y huyeron tras haber fracasado en su intento de eternizarse en el poder extrañan sus sillas.