El exvicepresidente Álvaro García Linera contó su experiencia de "lealtad" al entonces presidente Evo Morales. Según la entrevista que dió a Perfil nunca buscó la presidencia como sería una costumbre en Bolivia y también convocó a valorar la experiencia de exfuncionarios públicos.
Las reflexiones de García Linera se conocen en un contexto marcado por una pugna interna en el MAS por cuotas en el gabinete ministerial de Luis Arce, quien según la Constitución tiene la atribución de designar a su personal de confianza.
"En Bolivia, todo vicepresidente espera ser algún rato presidente. Eso es lo que pasó en la historia. Y un presidente, si bien elige su fórmula de compañía vicepresidencial, siempre está cuidándose y precautelándose de su vicepresidente. En cierta manera, está 'serruchando al presidente' para sustituirlo. No era mi caso. La oposición pensó que podría meter una cuña entre nosotros, como en las gestiones anteriores" dijo el teórico del llamado "proceso de cambio".
Consultado sobre cómo fue la experiencia de ser vicepresidente de Morales dijo que "tuvo que ver con una relación bastante personal entre Evo y yo".
"Por lo general, las vicepresidencias, en Bolivia, en buena parte del continente donde las hay, están caracterizadas por ser la persona que suple al presidente cuando no puede ejercer la función temporalmente. Así fue en Bolivia. Sin embargo, cuando entramos con Evo al gobierno, él toma una decisión: que yo sea copartícipe de la gestión. Evo me hace copartícipe de la gestión tanto en el Ejecutivo como en el Legislativo y en lo cotidiano. Mi posición era acompañar la gestión en la perspectiva de hacer que el primer presidente indígena tuviera el mejor desempeño posible".
García Linera acompañó a Morales durante los tres mandatos continuos hasta que renunció junto a él el 10 de noviembre de 2019 y huyeron a México.
Ahora mantiene un perfil bajo en el MAS aunque como en este caso aparece esporádicamente en entrevistas para teorizar acerca del llamado "proceso de cambio" de Morales.
No obstante, ahora su partido afronta una pugna interna por cuotas de poder o pegas. El vicepresidente David Choquehuanca está en el ojo de la tormenta porque sus seguidores crearon una "escuela de pensamiento choquehuanquista" lo que para la corriente evista y el ala orgánica divide al partido.
Evo Morales expresó su molestia con la corriente "choquehuanquista" mientras Choquehuanca permanece en silencio.
Los ministros del gabinete político de Luis Arce también están en la mira de sectores sociales leales a Morales y entre los más cuestionados están Eduardo Del Castillo (Gobierno), María Nela Prada (Presidencia), Jeyson Auza (Salud), Iván Lima (Justicia), Gabriela Mendoza (Planificación) y Marcelo Montenegro (Economía).
Para García Linera, "hay que tener el suficiente respeto para que las decisiones las tome el presidente, pero el presidente debería tener la suficiente lucidez para oír a personas que tienen más experiencia. Escuchar reflexiones, para compartir decisiones".
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