Medio: El Diario
Fecha de la publicación: viernes 14 de enero de 2022
Categoría: Organizaciones Políticas
Subcategoría: Democracia interna y divergencias
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
El fantasma de la división asoma peligrosamente en el partido de gobierno y en el interior de éste se lo admite –señalando nombres–, no sin dejar de identificar a los del pasado. La división siempre ha sido una sombra muy oscura, pero no pocas veces corporizada y franca. Este peligro ha sido casi siempre el comienzo de la desintegración de más de un partido “histórico”. Cuanto más grandes son estas agrupaciones, albergan en su seno el divisionismo.
Esa es la situación precisamente del MAS; grande no por su desempeño en ya dos gobiernos, aunque hay muchos que vanaglorian las gestiones masistas. En fin, este es un tema que rebasa la estrechez de esta nota editorial, pero los partidos son objeto de crítica en este y muchos otros aspectos. En su crisis a nivel universal, en nuestro país es pretensioso hablar de partidos propiamente dichos, porque carecen de institucionalidad y de vida política interna. El MAS sería la excepción por la cantidad que tiene de militantes, que no por el resto de características de un partido, aunque se trata sobre todo de una confederación de movimientos sociales.
Acerca del partido referido, el grupo “generación Choquehuanca” prácticamente es identificado como un asomo de división o escisión del mismo. Gerardo García, vicepresidente del MAS, señala los siguientes casos como intentos fallidos de llevarse parte de su militancia. Cita a los siguientes líderes de esos intentos fallidos: Román Loayza, Alejo Veliz, Félix Patzi (tiene su partido), Damián Condori, gobernador de Chuquisaca y vencedor del MAS en ese departamento. García dice de éste que no irá muy lejos.
Sin duda, el más actual y potencial es David Choquehuanca, vicepresidente del Estado Plurinacional, a quien acompañó un bloque bautizado con su apellido, organizado pasadas las elecciones sub nacionales, ahora se denomina “Generación Choquehuanca”. Al vicepresidente le favorece su condición indígena y la racialidad aimara que él viene exaltando. Evo Morales calificó como “un error garrafal” la postura de su ex canciller. García dijo que Choquehuanca fue solo un “técnico” ubicado en el gabinete de Morales y le negó capacidad conductora porque “nunca fue dirigente sindical”.
Haber desempeñado el sindicalismo es para el partido de gobierno el más alto título político y académico habilitante para todo desempeño oficial. Cabe preguntarse en qué fue “técnico” el señor Choquehuanca, nada menos que para detentar como titular de la cancillería durante casi l3 años continuos. Se dice que Morales lo expuso en la vidriera diplomática y exterior para demostrar la calidad preponderante indígena en el país. También se asegura que fue así por ser “brujo” aimara y preservar el supuesto esoterismo del ex presidente.