Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: miércoles 12 de enero de 2022
Categoría: Organizaciones Políticas
Subcategoría: Democracia interna y divergencias
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El expresidente Evo Morales ha sido durante 14 años el líder indiscutible del Movimiento Al Socialismo (MAS), el candidato de consenso de ese partido y “la gotita” que supuestamente unía a los diferentes sectores de su organización. Sin embargo, ese aparente liderazgo monolítico se ha sostenido gracias a la política de “cero tolerancia” a nuevos líderes. Tal es así que aquellos que destacaban entre la multitud de las bases eran enviados al congelador o terminaban relegados del partido.
Esa suerte corrieron, según lo recordó el vicepresidente del MAS, Gerardo García, los exdirigentes Román Laoyza, Alejo Veliz, Félix Patzi, Damián Condori y más recientemente Eva Copa.
Si bien el Evo Morales de ahora no es el mismo que gobernó Bolivia durante 14 años porque su poder está disminuido, pretende replicar sus tácticas para sacarse del camino a sus potenciales competidores, que por ahora son el vicepresidente David Choquehuanca y el presidente Luis Arce, en ese orden.
En ese plano se ubican las ya inocultables pugnas de poder dentro del MAS, que en los últimos días han llevado a Evo Morales a presionar a Arce para que haga un cambio de gabinete y a calificar al bloque Choquehuanca como “un error garrafal”.
En la misma línea, Gerardo García ha minimizado el papel de Choquehuanca en el instrumento político y le ha augurado un seguro fracaso, tal como ocurrió con los arriba mencionados.
“Si lo quiere hacer que lo haga. Esto va a pasar por ahí nomás, porque sabemos que no va a caminar. Él nunca ha sido dirigente sindical. Ha sido simplemente un técnico, que nos ha apoyado en su momento políticamente, orgánicamente, técnicamente, hemos hecho seminarios, hemos hecho todo, pero nunca ha sido un dirigente de base, que ha organizado a los compañeros, compañeras”, dijo García respecto a Choquehuanca. En todo caso, qué poca cosa resultó ser el excanciller indígena y vicepresidente del país para el MAS.
La pugna de Evo con el actual Vicepresidente no es nueva. Su peor momento fue cuando Morales sacó del gabinete a Choquehuanca, quien reconoció que se determinó que baje a las bases para evitar las intrigas que entonces circularon respecto a su figura. Las supuestas intrigas se harían realidad en 2019, cuando Choquehuanca fue proclamado por las bases del campo de La Paz como candidato presidencial, aunque Morales le bajaría el pulgar desde Buenos Aires y pondría en su lugar a Luis Arce.
Por mucho que Evo Morales intente borrar los bloques dentro del MAS, éstos existen y están vigorosos, en parte, gracias a que él mismo los promovió. Lo que resta saber ahora es si Morales mantiene la fuerza para mandar a Choquehuanca al congelador o si éste puede disputarle el liderazgo. El round más próximo lo veremos en el cambio de gabinete.