Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: martes 11 de enero de 2022
Categoría: Organizaciones Políticas
Subcategoría: Democracia interna y divergencias
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La guerra interna del MAS está al rojo vivo a medida que se acerca la fecha del supuesto cambio de gabinete. Denuncias por aquí, filtraciones por allá, memes por el otro lado, el caso es que los oficialistas de las diferentes corrientes están “trabajando” duro para sacarse del camino al potencial rival.
Esta guerra interna ya tuvo su primera víctima: el viceministro Nelson Cox, quien, pese a haber sido obsecuente como nadie, fue destituido por WhatsApp. Según una lista que circula en el ambiente mediático, Cox era uno de los firmes candidatos para reemplazar al ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, quien, dicho sea de paso, encabeza la lista de los ministros que, según los movimientos sociales, deben ser destituidos.
A Cox le hicieron público uno de sus pecadillos que, en otro momento, no hubiera merecido ni comentario alguno: contrató al exabogado de la familia de Arturo Murillo, Óscar Augusto Villarroel Inturias, como parte de su staff de confianza. El currículum de Cox está lleno de oprobios a los derechos humanos, al Estado de derecho y al sentido común, pero al MAS sólo le importa qué tan amigo es de los supuestos golpistas.
Tampoco es raro que justo en estos días haya aparecido la denuncia de que el ministro de Economía, Marcelo Montenegro, figura entre los militantes de Unidad Nacional. Si bien el vocero fue un exministro de Jeanine Añez, eso no quita que los duendes azules estén haciendo su trabajo. El citado ministro ha negado su militancia neoliberal y ha pedido al Tribunal Electoral una corrección.
Como se verá, la línea de las denuncias tiene que ver con el grado de derechismo, neoliberalismo o golpismo del enemigo circunstancial. No estaría mal que el MAS introduzca un detector de pititas y un medidor de sangre azul para facilitarse el trabajo.
La ministra María Nela Prada también ha sido víctima de trascendidos, como el que indica que una de sus hermanas fue funcionaria de la Alcaldía cruceña en la época de los ítems fantasmas o que uno de sus colaboradores fue también funcionario del Ministerio de Economía en el gobierno de Añez. Y, en estos días, no faltan quienes critican hasta la cuna derechista de la ministra.
Y al propio Evo Morales le llegó lo suyo con el video filtrado en el que informa a sus bases que YPFB les depositó 5 millones de bolivianos por compensación colectiva. En realidad, son 11 millones, de los que la mitad ya está en la cuenta privada de las seis federaciones.
En este gobierno de poca transparencia, esta es la única manera de conocer lo que está ocurriendo por dentro, así es que bienvenidos sean los anuncios de cambio de gabinete para conocer, aún más, la esencia de los altos dignatarios del MAS.