Medio: El Deber
Fecha de la publicación: lunes 10 de enero de 2022
Categoría: Organizaciones Políticas
Subcategoría: Democracia interna y divergencias
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
Se acerca el Día del Estado Plurinacional y el Movimiento Al Socialismo, a través de sus organizaciones corporativas, hacen demandas cada vez más ruidosas al presidente Luis Arce para que cambie ministros. El que comenzó lanzando las exigencias es Evo Morales y, tras él, siguieron pedidos, demandas y hasta amenazas de parte de asambleístas legislativos y dirigentes de los llamados ‘movimientos sociales’.
Si bien el Gobierno de Luis Arce puede ser mejor, sobre todo en lo que se refiere a la importancia de gobernar para todos los bolivianos, se debe respetar que él es el presidente de Bolivia y que, entre sus responsabilidades está la definición de quiénes son sus colaboradores en el gabinete de ministros. Siempre será importante que su gestión sea capaz de escuchar las demandas ciudadanas, sobre todo cuando buscan el bienestar general.
Sin embargo, en los últimos días el país es testigo de cómo el presidente es presionado por Evo Morales (jefe nacional del Movimiento Al Socialismo y por varios dirigentes de los grupos corporativos) para cambiar a sus colaboradores. Hay malestar contra el titular de Justicia, Iván Lima; el de Gobierno, Eduardo del Castillo, y el canciller Rogelio Mayta, que son los que menos venia le han hecho al exmandatario y líder nacional del MAS. Otros cinco ministros están cuestionados por no estar inscritos en el partido político azul. Y entre otras razones para la exigencia están los intereses de cada sector que no son los intereses del conjunto de la patria.
En ninguno de los casos se ha mencionado que los ministros deben ser cambiados por un interés mayor del país. Y no cabe duda de que hay colaboradores que se han aplazado, como el de Desarrollo Rural y Tierras, que no hace nada para resolver el problema de los avasallamientos de propiedades agrícolas en Santa Cruz, solo por mencionar un ejemplo de varios. También hay que poner en evidencia que los miembros del gabinete de Luis Arce no trabajan con el sector privado, a pesar de que éste genera importantes ganancias al país en las exportaciones. No obstante, desde la sociedad civil se respeta el derecho constitucional del primer mandatario a designar a sus colaboradores.
Es insólito que tras una reunión del denominado ‘pacto de unidad’ se anuncie que será una reunión de gabinete ampliado la que decidirá si se cambia o no a los ministros. Como insólito es que Evo Morales haga esas demandas de manera pública y a voz en cuello. Una cosa es aconsejar y otra muy diferente hacerse ver como el ‘jefazo’ a quien tiene que obedecerle incluso la autoridad número uno del país.
Hay que esperar hasta el 22 de enero para saber qué definirá el presidente Luis Arce con relación a su gabinete. Tiene todo el derecho de cambiar ministros, pero será claro si lo hace por presión de las bases masistas o lo hace para mejorar los resultados de su gobierno en un segundo periodo. Entretanto, hay señales que no son alentadoras, como que los grupos corporativos del MAS, que también son antivacunas, hubieran hecho postergar la aplicación del decreto que hacía obligatorio exigir el carnet de vacunación.
Luis Arce es presidente por el 55% de los votos de los bolivianos y es una pena que sean miembros de su propio partido los que se constituyan en la principal oposición a su gobierno. El resto de los bolivianos (que son al menos 10 millones de personas) esperan que el primer mandatario gobierne pensando en el bienestar nacional y que no se deje mandar para cumplir los deseos de una militancia que no llega al 1% del conjunto de los bolivianos.