Medio: Nuevo Sur
Fecha de la publicación: miércoles 29 de diciembre de 2021
Categoría: Organizaciones Políticas
Subcategoría: Democracia interna y divergencias
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
El lunes se produjo una reunión de evaluación en la Casa Grande del Pueblo, con la presencia del presidente, el vicepresidente y el líder del partido de gobierno. El espacio fue generado para analizar el desempeño gubernamental y la coyuntura del país al cierre del 2021. Entre la autocrítica por las disputas internas y las expectativas futuras se llevó a cabo un encuentro que define la característica del actual gobierno, marcado por la presencia del liderazgo de Evo Morales y la dualidad del gobierno con el partido.
Las últimas semanas han marcado un cambio en el eje político del país. En el paro multisectorial y la marcha de respaldo al presidente Arce, organizada por el Movimiento al Socialismo (MAS) y los movimientos sociales, la figura de Evo Morales se acrecentó. En todos los medios de comunicación y las redes sociales la agenda pública estuvo marcada por el líder del partido. El protagonismo lo tiene nuevamente la política y Evo.
Hace algunos meses se llevó a cabo el congreso del MAS. Los mensajes de unidad y disciplina partidaria fueron el denominador común y el eje de las conclusiones. El esfuerzo por resolver las discrepancias internas fue muy grande y rindió frutos. La unidad del MAS no está en cuestión y su liderazgo tampoco. Todo indica que el 2025 tendrá un candidato que aglutinará a ésta fuerza política y el espacio que ocupa en el campo popular. El desafió de la cohesión entre gobierno y partido, que parecía difícil de superar, está siendo gestionado de manera satisfactoria hasta ahora.
En el arco opositor muchos esperaban que los problemas internos y la división sean la característica del congreso interno y del oficialismo, en general. El deseo superó a la realidad, que muestra la maduración de un partido que, con sus contradicciones y problemas naturales, es capaz de enfrentar y superar las tensiones internas y ejercer el poder en el país.
La crisis política de 2019 fue el momento más duro para Evo Morales, desde su ascenso al poder el 2006. Su liderazgo fue interpelado y su partido despojado del gobierno. El 2020 el MAS vivió una diáspora y desde el exilio de sus principales líderes fueron recuperando terreno, paso a paso, hasta volver al gobierno. Los errores de la oposición abonaron y allanaron su camino. Los bolivianos, finalmente, decidieron votar por la certeza que generaba éste partido, luego de haber gobernado el país por catorce años.
Es importante que cada partido, agrupación política o alianza realice sus congresos internos y las evaluaciones necesarias para resolver sus problemas. Estos espacios son propicios para reflexionar sobre el desempeño de las fuerzas políticas y las propuestas que tienen para ofrecerle al país. La democracia interna es fundamental para construir partido. No se puede avanzar sin organizarse y tener una estructura preparada para enfrentar los desafíos electorales que vienen.
La oposición debería ocuparse de la oposición y no sólo del MAS. La política gira en torno al partido de gobierno y refuerza su hegemonía. Daría la impresión que todo empieza y termina con ese partido y eso afectó a sus rivales circunstanciales, porque se organizan de forma improvisada cada que hay que competir. La disputa política en los últimos años estuvo muy lejos de confrontar proyectos y se redujo a algunos espacios electorales, consolidando la hegemonía del MAS, una y otra vez.