El hecho más reciente ocurrió este mes en Sacaca (Potosí) cuando detonó una pelea en el congreso del Movimiento Al Socialismo (MAS), uno de los bandos acusó al otro de defender los “dedazos” y no querer “reactivar” el instrumento político.
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Entre mayo y este mes, se registraron seis hechos con silletazos, peleas campales, un apuñalamiento, amenazas y agresiones. Los incidentes ocurrieron en Santa Cruz, Potosí, Tarija y La Paz.
El hecho más reciente ocurrió este mes en Sacaca (Potosí) cuando detonó una pelea en el congreso del Movimiento Al Socialismo (MAS), uno de los bandos acusó al otro de defender los “dedazos” y no querer “reactivar” el instrumento político.
Con ese incidente suman al menos seis señales que dan cuenta de que el evismo está detrás de la “democracia” del silletazo, según analistas. Los expertos consideran que esas grescas dejan entrever que el expresidente Evo Morales no sólo pugna por ser candidato de cara a 2025, sino que busca un protagonismo dentro del propio oficialismo, liderado hoy por el presidente Luis Arce.
En descargo, Morales tuiteó el 18 de septiembre: “Ahora no son tiempos para hablar de candidatura para presidente”.
Los incidentes en el MAS
El más reciente ocurrió en Sacaca (Potosí), donde el 18 de diciembre el congreso del MAS terminó en una pelea con silletazos y hasta con el destrozo de la testera.
El hecho ocurrió cuando seguidores del gobernador Jhonny Mamani, designado por Morales como candidato a ese sitial y quien es conocido como “Poncho blanco”, se enfrentaron a otro grupo por la directiva. Se sindicó a Mamani de llevar “gente” de la ciudad para apoyar a un candidato. “Ellos defienden al ‘Poncho blanco’ y a los ‘dedazos’, no quieren reactivar el instrumento político”, señaló entonces Juvenal Pacheco, exdirigente de los campesinos.
Un mes antes de aquello, el 19 de noviembre, la agresión de Daniel Ramos, concejal del MAS de El Alto, a una mujer detonó una trifulca. Lo sindicaron de llamar a un congreso sólo con la participación de funcionarios y no con las bases de ese partido en la urbe alteña. Ese tema pasó a segundo plano, dado que la agresión generó polémica. “Yo lo único que he hecho es defenderme (…), el ser humano reacciona así”, declaró Ramos.
La tercera semana de octubre se llevó adelante un congreso del MAS en Bermejo (Tarija), que desembocó en un desencuentro. El punto de controversia fue que uno de los bandos buscaba saltarse la disposición del estatuto del partido que establece que las autoridades elegidas, titulares y suplentes, no pueden competir para ser ejecutivos de esa fuerza política. Después de que la cita fuera declarada en cuarto intermedio, el ejecutivo Lorenzo Mamani fue apuñalado.
Ese mismo mes, el 22 de octubre, Angélica Ponce, ejecutiva de la Confederación Sindical de Mujeres de Comunidades Interculturales de Bolivia, denunció que fue amenazada para que deje la dirigencia de ese sector, que es una de las bases del MAS.
Entonces, Ponce aseguró que conoce que dieron la “instrucción” de que la deben bajar de la directiva de las Interculturales “a como dé lugar”.
Ponce es crítica al entorno de Morales. Cuando el expresidente habló de purgas dentro de MAS, en mayo, Ponce aseguró estar de acuerdo, pero con una salvedad: “Estoy de acuerdo. No vamos a dar nombres: son exautoridades que acompañaron a él mismo (Morales) y que siguen queriendo volver a hacer daño a nuestro país”.
El 16 de octubre, un congreso del MAS en Tarija, para elegir la directiva regional, terminó en golpes y silletazos. Uno de los bandos denunció que la convocatoria era ilegal, dado que no se cumplió con el procedimiento que establece el estatuto. Algunos sectores sindicaron por la convocatoria al exjefe de campaña de uno de los candidatos elegidos por Morales para las subnacionales. Desde el MAS, sostuvieron que este tipo diferencias se registran porque ése “es el partido más grande del país”.
El 8 de mayo, en un congreso del MAS en Pailón (Santa Cruz), el dirigente de las Juventudes de ese partido, Reynaldo Ezequiel, y sus colaboradores abandonaron el encuentro después de que les lanzaran sillas. El 2 de septiembre, Ezequiel declaró que no se puede procesar a Morales porque fue víctima de un golpe de Estado. “¿Cómo van a querer responsabilizar a la víctima?”, aseguró entonces.
El MAS en riesgo
En historiador y analista político Pedro Portugal explicó que en las organizaciones populares e indígenas su estructura siempre busca la renovación de la dirección y los “ex” dejan de tener poder absoluto. Pero detecta algo insólito en el MAS, que tiene como base a sectores sociales populares e indígenas. Y es que Morales, en vez de asumir esa tradición, no sólo busca ser postulante para las elecciones de 2025, sino ser protagonista del oficialismo.
“Se da el caso insólito de que hay una persona que es un ‘ex’ y en vez de asumir su naturaleza y condición de ‘ex’ dentro de la lógica andina pugna no solamente por regresar en 2025, sino por querer ser protagonista en vez del mismo presidente”, aseguró.
Portugal manifestó que, con esa actitud, el evismo contradice la naturaleza propia de las organizaciones populares, que tienen estructura con obligaciones y representan, además, el sentir y querer de los pueblos y sectores y ahí es cuando se da el choque. “Eso es lo que se ve en los congresos, porque en el fondo una persona como Evo Morales no puede imponerse. Él sabe que no tiene el beneplácito de las bases porque va contra la tradición cultural. Entonces, lo que tiene que poner son elementos que le apoyen. Tiene que fabricar apoyos políticos, direcciones falsas”.
Gregorio Lanza, analista político y experto en resolución de conflictos, sostuvo que Morales busca ser presidente en 2025, para lo cual debe ser primero candidato del MAS y para ello necesita controlar el aparato del partido.
Lanza agregó que estas pugnas, paradójicamente, menoscaban al propio MAS. “Esta actitud genera violencia en el partido, muestra que cada vez las pugnas que salen a luz en este tipo de enfrentamientos entre Evo Morales, el presidente Arce, quien maneja toda el ala burocrática del control del poder, y el manejo silencioso que hace Choquehuanca básicamente del sector aymara indígena de áreas bajas están generando una división y debilitamiento del MAS, cada vez mayor”, manifestó.
Portugal coincidió y sostuvo que el evismo está poniendo en riesgo al MAS. “Ahora el MAS está sufriendo las consecuencias de una doctrina, de una ideología que ellos han puesto en marcha porque les era útil y necesaria en un momento dado: el centralizar todo en una figura y ponerlo como en un endiosamiento a Evo Morales”.
Silletazos en Pailón
El 8 de mayo, en un congreso del Movimiento Al Socialismo en Pailón (Santa Cruz), el dirigente de las Juventudes de ese partido, Reynaldo Ezequiel, y sus colaboradores abandonaron el encuentro después de que les lanzaran sillas. Algunos de sus acompañantes tomaron sillas para protegerse usándolas como escudos.
Gresca en Tarija
El 16 de octubre, un congreso del MAS en Tarija terminó en golpes y silletazos. Uno de los bandos denunció que la convocatoria era ilegal, dado que no se cumplió con el estatuto. Algunos sectores sindicaron por la convocatoria al exjefe de campaña de uno de los candidatos elegidos por Morales para las subnacionales.
Amenazas a alta dirigente
El 22 de octubre, Angélica Ponce, ejecutiva de las Interculturales, denunció que fue amenazada para que deje la dirigencia de ese sector. Entonces aseguró que dieron la “instrucción” de que la deben bajar de la directiva “a como dé lugar”. Ponce es crítica al entorno del expresidente Morales.
Apuñalamiento en Bermejo
La tercera semana de octubre se llevó adelante un congreso del MAS en Bermejo (Tarija), que desembocó en un desencuentro. El punto de controversia fue que uno de los bandos buscaba saltarse una disposición del estatuto. Tras que la cita fuera declarada en cuarto intermedio, el ejecutivo Lorenzo Mamani fue apuñalado.
Agresión en El Alto
El 19 de noviembre, el concejal del MAS de El Alto Daniel Ramos agredió a una mujer, lo que provocó una trifulca entre militantes que asistieron a una reunión de sectores. Lo acusaron de llamar a un congreso del MAS sólo con la participación de funcionarios y no con las bases de esa fuerza política en la urbe alteña.
Pelea en Sacaca
El Congreso del MAS, en Sacaca (Potosí), terminó en una pelea campal. El hecho ocurrió cuando seguidores del gobernador Jhonny Mamani, quien fue designado por Morales como candidato, se enfrentaron a otro grupo por la elección de la directiva. Uno de los bandos acusó al otro de defender los “dedazos”.
El MAS está sufriendo las consecuencias de una doctrina, de una ideología que ellos han puesto en marcha
Pedro Portugal, analista
PUNTO DE VISTA
Gregorio Lanza Analista político
Esto divide y debilita al MAS
Evo Morales quiere ser presidente en 2025 y para ello tiene que ser candidato del MAS, ganar la candidatura por el MAS. Para ganar la candidatura de MAS, junto a la modificación del estatuto, que ya logró, que le da al aparato del MAS un poder muy grande, necesita entonces controlar el aparato del partido y es debido a ello las pugnas muy duras, en muchos casos con una violencia inusitada. Evo Morales está contando sus delegados ya desde ahora para el momento en que se decida quién va a ser candidato.
Pero, además, tener la mayoría del control del partido le permite mantener a los delegados ante el Tribunal Supremo Electoral, que son los que al final nombran a los candidatos y esta actitud genera violencia en el partido. Todo esto muestra que cada vez las pugnas que salen a luz en este tipo de enfrentamientos entre Evo Morales, el presidente Arce, quien maneja toda el ala burocrática del control del poder, y el manejo silencioso que hace Choquehuanca básicamente del sector aymara indígena de áreas bajas están generando una división y debilitamiento del MAS, cada vez mayor, pero lo grave es que distorsiona totalmente la política.
La política ya se ha convertido en el país, antes lo era en parte, pero con el MAS se ha institucionalizado la política como forma de manejo con las prebendas y con los recursos del Estado, para controlar a amplios sectores. Un estado prebendal, donde la corrupción es lo fundamental y la plata mal habida. Manejando la plata de los bolivianos es con lo que se mueve la política. Eso es lo grave.
