El ex presidente Carlos Mesa denunció ayer que el Gobierno pactó con Quiborax la rebaja de un pago millonario impuesto por CIADI, a cambio de que la Fiscalía desista del proceso por falsificación que había abierto contra el accionista mayoritario de la empresa chilena.

“Es un hecho increíble. El Ministerio Público, a través de uno de sus fiscales, desistió de la acusación de falsificación contra el mayor accionista de Quiborax, Allan Fosk, contradiciendo un fallo de la justicia boliviana que condenó a dos años de cárcel a David Moscoso, coautor de la misma falsificación. Tal desistimiento se hace dos días antes de que la Procuraduría le pague al abogado Andrés Jana (parte del equipo jurídico de Chile contra Bolivia en La Haya) 42,6 millones de dólares”, señaló.

Luego añadió que “vergüenza” e “incongruencia jurídica monumental”, tal decisión tiene que ver con “el cumplimiento de un compromiso de la Procuraduría boliviana para cerrar el acuerdo de pago con Quiborax. Una de las condiciones de la empresa para recibir el pago de los 42,6 millones, era que Bolivia levantara el juicio penal contra Allan Fosk y la Procuraduría cumplió”. Denunció también que la Procuraduría “influyó en el Ministerio Público, institución teóricamente independiente, para que siga el camino de levantar el proceso de acusación penal y dejar al descubierto el fallo de condena contra Moscoso”.

Precisamente el Ministerio Público –por solicitud del Gobierno– acusó a Mesa el lunes y pidió su enjuiciamiento por el laudo arbitral que Quiborax interpuso ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI) contra el Estado boliviano.

Mesa insistió en que la defensa del Gobierno en este proceso fue pésima, porque no atacó a la falsificación de la composición accionaria de la firma chilena que tenía concesiones en el Salar de Uyuni, y que fue expulsada por el ex Presidente.

Si la Procuraduría hubiese tenido una actuación correcta, “Bolivia no hubiese tenido que pagar ni un solo dólar a esta empresa pirata”, complementó.

"Estoy enfrentando ya en el caso de Quiborax la posibilidad de ir a la cárcel, este es un tema que ya está en mi cabeza y por supuesto que me preocupa, por supuesto que me asusta, pero de lo que se trata es de resolver en tu espíritu y tu fortaleza, superar los miedos para enfrentar una causa que te parece justa", sostuvo también en una entrevista con Amalia Pando.

¿CANDIDATURA? "AHORA NO"

Sobre el pedido de algunas plataformas ciudadanas que lo alientan a presentar su candidatura para los comicios del año venidero, Mesa insistió en que su primera tarea será defender los resultados del 21F, el referéndum de 2016 que le legó al presidente Evo Morales la opción de ir por la reelección.

“En principio no quiero ser candidato a la Presidencia del Estado, pero en este contexto creo que adelantarme a eso o decir no antes de que los acontecimientos se produzcan sería distorsionar, porque volvemos a jugar al tema de la elección; prefiero dar una respuesta categórica: demos primero el paso uno (que se respete el 21F), cuando ese paso haya sido resuelto volveremos a hablar del tema”, sostuvo.

La activista de Resistencia Femenina, Alejandra Serrate, señaló que sería “irresponsable” hablar de elecciones con Morales como candidato, siendo que se rechazó su repostulación.

María Belén Mendívil, de Me Comprometo Bolivia, aseveró que ven “con desconfianza y escepticismo las actuaciones de Carlos Mesa"; respecto a Mesa como figura que lidere el respeto al 21F; la activista de la plataforma G21, Xiomara Klinsky, aclaró que “líder” es la ciudadanía boliviana y las plataformas.