Han pasado 19 años desde que se biometrizó el padrón electoral boliviano y 37 años desde que se digitalizó este registro; sin embargo, las dudas sobre su confiabilidad persisten, particularmente en los últimos años debido al crecimiento atípico que presentó, pero con mayor incidencia en años electorales. Varias fueron las denuncias sobre presuntas irregularidades, pero quedaron en nada, sólo en 2017 la Organización de Estados Americanos (OEA) realizó una auditoría al padrón.

Carlos Borth Irahola, analista y abogado, presentó una investigación sobre el incremento inexplicable del padrón electoral en Bolivia desde el año 2009 hasta las elecciones subnacionales de 2021, trabajo que se presentó al Tribunal Supremo Electoral (TSE), pero del que no recibió una respuesta.

Anteriormente, la politóloga Jimena Costa también presentó datos sobre el crecimiento en el registro electoral.

El tema nuevamente sale a luz ante la denuncia realizada por la exvocal del TSE Rosario Baptista Canedo, quien puso en duda la credibilidad del padrón, extremo que fue desvirtuado por el Órgano Electoral.

La investigación de Borth Irahola surge a raíz de sospechas de actos ilícitos en procesos electorales, movimientos irregulares en el padrón.

En ese contexto, el analista e investigador procedió a realizar un estudio municipio por municipio. El trabajo se desarrolló con datos oficiales entregados por el TSE a Borth.

Según los datos proporcionados, el inicio de la investigación partió con los datos últimos no biométricos con los primeros obtenidos con el nuevo sistema.

Borth precisó que de acuerdo con los datos del sistema antiguo con el nuevo, en el término de alrededor de 10 meses, por ejemplo, se observó en la ciudad de Tarija un crecimiento de 41,29 por ciento.

“Entre las nacionales de 2009 y las subnacionales de 2010, transcurrieron otros cinco o siete meses, volvieron a crecer de manera significativa”, refirió.

En ese contexto, explicó que a nivel nacional se detectó en el periodo de transición un crecimiento elevado.

“Lo que detectamos, el padrón tuvo a nivel nacional un crecimiento de 28 por ciento en esos 10 meses de enero a octubre de 2009, sabiendo que la tasa de crecimiento debería ser 2,82 digamos 10 por ciento creció en 28 por ciento. En números absolutos es un millón de personas que se incrementó en el primer biométrico y el último noviembre sobre 4.900.000. De este millón no todo está explicado, podríamos estar hablando de unos 500 mil de este nivel, más de esto parece poco probable, estimando la afectación irregular es fácilmente o estuvo en el orden del 10 por ciento”, mencionó en Cuarentena Política del Comité Nacional de Defensa de la Democracia (Conade).

La investigación se desarrolló mediante la comparación de la tasa de crecimiento interanual del padrón electoral y la tasa de crecimiento interanual promedio de la población, dando como resultado que el crecimiento del padrón fue mayor que el de población.

Una auditoría

Desde la determinación de instaurar el empadronamiento biométrico mediante la Ley 4021 de 2009, que estableció realizar las elecciones presidenciales y parlamentarias en diciembre de 2009, la única vez que se realizó una auditoría fue en 2017 a cargo de la OEA.

El 14 de abril de 2016, el Órgano Electoral Plurinacional (OEP) de Bolivia solicitó la cooperación técnica de la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (SG/OEA) con la finalidad de realizar una Auditoría Integral al Registro Electoral Biométrico.

El desarrollo de los trabajos técnicos, fruto del acuerdo suscrito entre las partes, transcurrió durante los meses de junio a octubre del año 2017, contando con la participación de un equipo multidisciplinario de especialistas, quienes desarrollaron un cronograma de actividades que incluyó: análisis del marco legal, análisis de diversos procesos, verificación de la infraestructura tecnológica que soporta los sistemas informáticos del Registro Electoral y una encuesta ciudadana de alcance nacional que permitió verificar el estado del Registro Electoral Biométrico. El proceso de cooperación técnica incluyó la revisión de todos los flujos de procesos que son ejecutados para la conformación del padrón electoral.

Para la revisión de los registros habilitados en el padrón electoral, se consultaron los soportes de las partidas de nacimiento y las imágenes escaneadas de las cédulas de identidad de mil registros correspondientes a la muestra aleatoria y representativa extraída del padrón de 6.461.095 ciudadanos.

“El resultado de la revisión documental arrojó un 98,9 por ciento de datos correctos, que corresponde a los casos en que los datos contenidos en el Padrón Electoral Biométrico coinciden con los datos contenidos en la partida de nacimiento y la cédula de identidad”.

Al respecto, el abogado Borth Irahola señaló que el estudio no contempló un estudio profundo de este registro y que se limitó a revisar solamente lo que existe, lo que está registrado.

“Hemos conocido el informe que hicieron. Fue un análisis del padrón y de los sistemas electorales, pero no en esta dimensión; ellos han hecho el estudio de los sistemas electorales, ellos detectaron que el software del padrón electoral tiene obsolescencia, recomendaron en que tienen que actualizarse, pero no entraron al análisis que realicé municipio por municipio, determinar el crecimiento, no sólo si están bien registrados y otros aspectos”, dijo.

Auditoría de trazabilidad

En su oportunidad, la exvocal Baptista Canedo en su carta “Mi compromiso con Bolivia” dice que “no se quiere ir a la ‘arqueología’ del padrón. Quieren convencer sobre la integridad del padrón con publicidad, con diapositivas y exposiciones. Lo tecnológico debe ser abierto, sometido a escrutinio público, todo el tiempo, permanentemente. No hay motivo para que no lo sea. Las cláusulas de confidencialidad sólo generan dudas. Todo puede estar bien, es una posibilidad. Pero nada indica que lo esté. Lo que no se puede verificar, no se puede validar y mucho menos legitimar. Hay suficientes razones para dudar. Pero también hay mecanismos para absolver esas dudas y no se está recurriendo a ellos”.

En ese aspecto, Borth planteó que se realice una auditoría basada en un estudio de trazabilidad , municipio por municipio, establecer la población, los decesos, los que dejaron el lugar, entre otros.

“Pero si les parece tedioso y largo, lo mejor es que realicen un nuevo padrón electoral biométrico. Los datos muestran que hay cosas que deben transparentarse, hay problemas y no puede decirse que este padrón es transparente. Y la solución que le propuse al Tribunal fue precisamente esta disyuntiva: o se hace una auditoría pero no es una auditoría cualquiera, no es una auditoría a los sistemas o a la cadena de seguridad, sino es una auditoría basada en el estudio de trazabilidad, es decir, a cada padrón municipal para ver cómo ha variado a nivel de personas. O la solución más expedita es levantar un nuevo padrón, pero con mecanismos de participación plural y con intervención de veedores, observadores y técnicos internacionales que den certeza que el nuevo padrón refleja la realidad”, manifestó.

PROCESO DE DEPURACIÓN DEL REGISTRO EN 1991

REDACCION CENTRAL

De acuerdo con informes oficiales, con el padrón electoral de 1991, la entonces Corte Nacional Electoral (CNE) llevó a adelante 16 procesos electorales, en el marco de una serie de modificaciones de depuración de votantes.

Cabe señalar que el padrón mantenía su vigencia en el tiempo y era sometido a depuraciones y actualizaciones antes de cada comicio electoral.

La depuración estableció la exclusión de ciudadanos del registro electoral en los siguientes casos: ciudadanos fallecidos, personas que no sean ciudadanos o que estén impedidas de ejercer los derechos de ciudadanía, ciudadanos que hubieran cambiado de domicilio, ciudadanos inscritos sin carnet de identidad o con datos incompletos, entre otros.

Desde 1999, con la Ley 1984 Código Electoral, se incorporan las actualizaciones del padrón electoral, “la actualización del Padrón Electoral es permanente y tiene por objeto: incluir los datos de los nuevos ciudadanos inscritos y asegurar que en la base de datos no exista más de un registro válido para un mismo ciudadano”.

Esa norma también determinó la obligatoriedad de reinscribirse a quienes no hubieran votado en las elecciones previas, pero esto se aplicó después de la reforma de agosto de 2004.

Pero además se determina la depuración del padrón electoral a las personas que no hayan sufragado en los diferentes comicios.

EL REGISTRO DE 5 MILLONES EN 76 DÍAS

Según el Centro Carter, en sólo 76 días, el OEP y las Cortes Departamentales Electorales (CDE) empadronaron a más de 5 millones de ciudadanos bolivianos residentes en ese país y en cuatro países extranjeros.

Observaron que el OEP retire temporalmente el derecho al voto a 400.671 ciudadanos que se habían registrado para votar pero cuya ciudadanía boliviana no pudo ser verificada.

PROCESOS CON EL PADRÓN DE 1991

En los 18 años de vigencia del padrón electoral informatizado en 1991, permitió que se administraran 16 procesos electorales, señala el texto Padrón Biométrico, una proeza de los bolivianos.

Cuatro elecciones generales que son de 1993, 1997, 2002 y 2005.

Asimismo, se realizaron cinco elecciones municipales: en 1991, 1993, 1995, 199 y 2005. También se procedió con la elección de prefectos en 2005.

Con este registro de ciudadanos se realizaron cuatro referendos vinculantes: el 18 de julio de 2004, sobre la política energética del país; el 2 de julio de 2006, sobre las autonomías departamentales; el 10 de agosto de 2008, de revocatoria de mandatos, y el 25 de enero de 2009, el referendo dirimidor y de aprobación del texto íntegro del proyecto de Constitución.

El padrón también fue utilizado para la elección de los asambleístas para la constituyente, el 2 de julio de 2006, y la elección de prefecto del departamento de Chuquisaca , el 29 de junio de 2008.

PRIMERAS OBSERVACIONES AL PADRÓN

En 2003, un estudio denominado “El desarrollo posible, las instituciones necesarias”, auspiciado por la oficina de Naciones Unidas en Bolivia, dio a conocer las primeras críticas al padrón electoral.

Se pide atacar tres aspectos: una significativa abstención a pesar de la obligatoriedad del voto; irregularidades en el proceso de identificación nacional y de empadronamiento electoral, y debilidades en el control y fiscalización de la propaganda electoral. Se observó que el servicio de identificación debe estar junto con el padrón electoral bajo la responsabilidad de la entonces Corte Nacional Electoral.

Los resultados del diagnóstico son que los datos del padrón electoral no coinciden con los datos efectivos que consignan los documentos de los ciudadanos: errores de los notarios de registro, errores de transcripción, fallas en la depuración, errores en el Registro Civil, duplicación del documento de identidad, entre otros.