Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: lunes 06 de diciembre de 2021
Categoría: Organizaciones Políticas
Subcategoría: Otros
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“Cuando un empresario se mete a la política, ya no está haciendo patria, ven a la política como otro negocio. Tengo cierta moral y autoridad para hablar de eso: 10 años de diputado, casi 14 años de presidente, tengo que prestarme plata para hacerme mi casita en Villa Tunari”, declaró el expresidente Evo Morales a la red ATB.
Por sí sola, la afirmación pinta por completo la moral del hombre que vive desde hace 24 años de la política, primero recibiendo salario de diputado, luego de presidente en ejercicio y ahora una pensión vitalicia de 21.640 bolivianos mensuales, equivalente a 10 salarios mínimos. No sólo eso, sino que ya hace años se sabe que es propietario de una vivienda en la comunidad San Francisco, en el Chapare, y que además tiene una vivienda en Cochabamba en un terreno de 700 metros cuadrados.
Y no es que sea malo que tenga estos o más bienes si son producto de su trabajo político o como dirigente, lo que ya cae en el ridículo es su insistente afán por mostrarse como un hombre necesitado, casi pobre, más cuando sabemos que se traslada en vuelos privados, viaja con pasaporte diplomático y pronto ingresará a las ligas de los exportadores.