Medio: Los Tiempos
Fecha de la publicación: lunes 29 de noviembre de 2021
Categoría: Institucional
Subcategoría: Tribunal Supremo Electoral (TSE)
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Tal si se tratara de un reciente descubrimiento, se levantan olas entre políticos tras la denuncia vertida por la excomponente del Órgano Electoral Plurinacional (OEP), Rosario Baptista, y nos cuentan sin miedo que “…al menos en tres oportunidades adelantó su disidencia respecto a la conducción” de esa instancia, cuando todos saben que la vocal del TSE ya el 5 de noviembre de 2005 pidió a la OEA un auditoría por el supuesto uso de un bloque de data alterno, lo que le valió suspensión del cargo y procesamiento interno.
La digna exvocal expresó su disidencia en ese tiempo y los políticos hicieron mutis, ninguno la apoyó efectivamente, los viejos lobos de la política apenas balbucearon. Quedó sola como en un páramo, con procesos, sanciones y amenazas. ¿Qué pasó?, ¿por qué hubo tanto silencio? De mi parte, adelantándome cronológicamente a las barbaridades de los eventos electorales que se cometen, escribí un libro: Covid-19 y elecciones nacionales, apuntando con pelos y señales semejantes “irregularidades”. Ofrecí inclusive el perfil “profesional” del expresidente de dicho Órgano Electoral, quien es el autor de la frasecilla “…las temerarias y fantasiosas afirmaciones de la exvocal Rosario Baptista” repetida hoy al pie de la letra como el padre nuestro de Jesús de Nazaret.
Además, ilustres políticos de la vieja guardia, sin miedo, hoy nos regalan otro descubrimiento, nos avisan que no gozamos “… de un Estado de derecho, de independencia de poderes, de institucionalidad democrática y de vigencia plena de los derechos y las garantías constitucionales”, es decir, o nosotros estamos en otro planeta que no sabemos nada de cuanto padecemos o eran ellos los que permanecían con miedo debajo de un diván.
Pero nos brindan otro descubrimiento más: nos cuentan que los gobernantes “hoy (…) han subordinado absolutamente al órgano judicial y que intentan eliminar (a los opositores), por la vía de la persecución judicial” y, dentro de semejante marco en el que nadie tiene garantías “esperan” que la señora Baptista “en los próximos días y semanas, (presente) datos, evidencias o al menos indicios que tenga en su poder”.
Es decir, la heroica señora Baptista debe hacer todo lo que los políticos no hicieron ni hacen, a pesar de que existen pruebas recontrasuficientes de las “irregularidades” cometidas en dicho Órgano y esperan ilusa y cómodamente que, sobre el sacrificio de la exvocal, no solo se actualice la plataforma biométrica del Padrón Electoral, sino que se construya uno nuevo, pedido que hace eternidades exige el pueblo para no ser engañado, mientras que nuestros políticos de fama se metieron de cabeza en la “contienda” electoral, hicieron campaña, discursearon, ocuparon abominables sets televisivos en los que contorsionaban “las” y “los” conductores junto con los inefables analistas políticos, distrayendo al público con el juego mercantil de las encuestas, incitando a que el ciudadano, en plena pandemia de Covid-19 asista al recinto electoral o matadero.
A nuestros políticos les importó un comino renovar el Padrón Electoral de la trampa, claro que esto no es ningún descubrimiento.