Medio: El Deber
Fecha de la publicación: lunes 22 de noviembre de 2021
Categoría: Organizaciones Políticas
Subcategoría: Democracia interna y divergencias
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Dirigentes
campesinos se enfrentan este lunes por tener el control de las oficinas de la
Federación Sindical Única de Trabajadores Campesinos ‘Apiguaiki
Tumpa’ de Santa Cruz. Petardo, palos y piedras son utilizados para lograr el
dominio de un grupo sobre el otro.
Los grupos son
liderados por Marcos Miranda, exejecutivo de la institución y por Hebert
Justiniano, recientemente elegido como el máximo representante en el congreso
campesino, que se llevó a cabo ayer en la población de Comarapa.
“Marco Miranda
trajo a pandilleros y a los de la barra de Blooming y de Oriente para intentar
entrar, pero nosotros vamos a hacer respetar nuestros derechos. Ayer fuimos
elegidos y posesionados”, afirmó Justiniano en contacto con EL DEBER.
El líder campesino
de la zona de Chiquitos indicó que Miranda “debe favores” a partidos opositores
al Gobierno, situación por la que no quiere abandonar las oficinas de los
campesinos. “No quiere irse porque tiene compromisos firmados con la derecha,
por cargos y esos favores quieren pagar”, agregó.
Por su parte,
Miranda, deslindó responsabilidad de los enfrentamientos registrados en esta
jornada, ya que él se encuentra en La Paz; sin embargo, señaló que ya sabía que
campesinos de Cordillera y de otras subcentrales intentarían retomar las
oficinas, que según él legalmente debe continuar en manos de su directorio.
“Fuimos elegidos
el 15 de noviembre de 2020, por dos años y Hebert armó un congreso trucho (sin
respaldo legal) en Comarapa para tomar las oficinas”, afirmó
Miranda.
Miranda acusó a
Justiniano de ser “traficante de tierras” en Santa Cruz. “Arma
comunidades truchas y después las vende a extranjeros”, afirmó el dirigente,
que apeló a la dirigencia nacional de los campesinos, con sede de La Paz, para
continuar al frente de los campesinos cruceños.
La pugna por las
oficinas en Santa Cruz de la Sierra comenzó cerca del mediodía de esta jornada; sin embargo, a
las 17:00 la situación se descontroló por el uso petardos, piedras y palos por
parte de ambos bandos.
El inmueble
denominado la ‘Casa grande los campesinos’ está ubicado en la avenida Irala, en
pleno centro de la ciudad. Por el caos que se generó tuvo que intervenir
la Policía para resguardar la infraestructura y para dispersar a los
movilizados.