Medio: Ahora el Pueblo
Fecha de la publicación: miércoles 17 de noviembre de 2021
Categoría: Conflictos sociales
Subcategoría: Marchas, bloqueos, paros y otros
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El último conflicto generado en el país a raíz de la Ley 1386 sobre ganancias ilícitas nos ha ratificado con mucha claridad, cómo la mentira organizada, sistemáticamente difundida por los medios de comunicación tradicionales y las redes sociales puede generar un encubrimiento de aquellos que temen ser investigados por sus fortunas provenientes del narcotráfico, la corrupción y el contrabando.
En el pasado, sobre todo en el periodismo, la verdad o al menos el acercamiento a ella, era la cualidad principal, sin embargo, en la actualidad, la información se ha convertido en un instrumento político. Las mentiras y manipulaciones tienen como objetivo, vencer al enemigo.
Los medios asumen una actitud cínica, hace mucho tiempo alejada del oficio del periodismo. Publican no sólo información mentirosa, si no también consignas para generar conflictos al gobierno que es aún más descarado.
Al margen del uso vergonzoso de la información en los medios, está la violencia, la discriminación y el racismo. Es una violencia sistemática y metódica, ejemplos sobran. En este último conflicto los cívicos de Potosí, una vez más lamentablemente, asesinaron a un campesino a golpes, en medio de actos extremos de racismo y discriminación.
¿Informaron los medios?, sí, no podían quedarse callados, pero ocultando las razones de la muerte, dijeron que se atragantó con el bolo de la coca que mascaba, sin hacer referencia a la brutal golpiza que recibió de los energúmenos dirigentes cívicos. ¿Tendrán sanción? Ojalá el Ministerio Público actué con la mayor responsabilidad y celeridad.
En Santa Cruz, la Unión Juvenil Cruceñista se dio a la tarea de atacar violentamente el Plan 3000, donde muchos grupos de jóvenes, hombres y mujeres, se oponían a los bloqueos de calles y avenidas, porque saben que medidas de esta naturaleza, no sólo generan pérdidas económicas a su departamento y a todo el país, sino a ellos mismos. A un mes y medio de las fiestas de fin de año, la población busca reactivar su economía.
No es la primera vez que la derecha en Bolivia, junto a sus medios de comunicación y el uso de la violencia, intenta, bajo cualquier argumento, desestabilizar la democracia, creando condiciones para desgastar el gobierno, ya sea para forzar un referéndum o alentar una nueva aventura de golpe de estado.
Usan a viejos dirigentes para sus fines políticos, a aquellos que siempre se nutrieron de la derecha, del poder. Es el caso de los gremiales, con Francisco Figueroa, que hace más de 30 años sigue siendo, dice, representante de un sector de comerciantes. Están también los del transporte pesado y federado de algunas regiones, sobre todo Cochabamba y por supuesto de empresarios que perdieron privilegios con un gobierno que trabaja para la gente pobre, para el pueblo.
La decisión del presidente Luis Arce Catacora, de abrogar la ley 1386, es loable, precisamente para que no existan pretextos de ninguna naturaleza que paralicen la economía, pero sobre todo, se demuestra que es más importante proteger la vida y gobernar escuchando al pueblo. (Iván Canelas Alurralde, es periodista)