- El Deber - MAS intenta salvar su sigla y propicia acercamiento con otros candidatos
- El Deber - Ante amenazas del evismo, TSE reforzará su plan logístico con policías y militares
- La Razón - Nina contra las cuerdas, enfrenta anuncios de juicio
- El Deber - El Gobierno identifica siete zonas de riesgo electoral en tres departamentos
- El Deber - El TSE suprime la elección en 11 países; habrá sólo en 21
Medio: El País
Fecha de la publicación: domingo 14 de noviembre de 2021
Categoría: Órganos del poder público
Subcategoría: Órgano Ejecutivo
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
"Conferencia en sábado, malas noticias" dejó caer
una colaboradora del Viceministerio de Comunicación en uno de los grupos de
prensa. Todo es cuestión de enfoque. Pasadas las 19.30 comparecieron en las
escaleras de la Casa Grande del Pueblo el presidente Luis Arce, el
vicepresidente David Choquehuanca y un calculado grupo de dirigentes sociales,
que entre medio de la bravata y amenazas varias asumieron la culpa (o
responsabilidad) de haber solicitado la abrogación de la Ley 1386, aunque no
quedó claro hasta que tomó la palabra el Presidente.
“Escuchando las demandas de pueblo, las demandas
sectoriales, hemos tomado la decisión de abrogar la Ley 1386, a objeto de
allanar el camino para que no exista mayor pretexto para seguir enlutando el
país y seguir paralizando la economía” dijo Arce y se hizo el silencio.
Solo dos semanas antes se había retirado el tratamiento de
la Ley contra las Ganancias Ilícitas tras apenas un día de paro no muy exitoso.
Ahora cae la estrategia general que venía impuesta por organismos financiadores
supranacionales, y antes ya habían caído "pequeños" proyectos como el
intento de cobrar el tributo pertinente a las gigantes tecnológicas que operan
en Bolivia o incluso el proyecto del tren Arica - La Paz, cuya prueba se
eliminó ante el rechazo de los transportistas.
Antes hubo también algunos titubeos, como la inicial
negativa a realizar el censo en 2022 que fue corregida o los escarceos con la
exportación de la carne. También, entre medias, dos ministros (en Tierras y en
Educación) que fueron imputados por irregularidades y que Arce se enteró al
último.
Solo ha pasado un año de gestión desde su holgada victoria
con el 55% y el gabinete está por demás magullado. Magulladuras que se hacen
más evidentes precisamente por el extremo clima de polarización política que
Arce ha elevado llevándolo de los encuentros partidarios a la Asamblea
Plurinacional en actos solemnes como el de su informe de gestión.
Escenario volteado
Lo que sí es cierto es que Arce y los suyos han logrado
voltear absolutamente el tablero con una decisión inesperada, por lo que se
esperan las acciones (más que las reacciones) de los cívicos y políticos de
oposición.
Durante toda una semana Arce y Choquehuanca han llamado a
"defender el proceso en las calles"; las organizaciones sociales han
salido a ello en lugares neurálgicos y tranquilos como Tarija; el propio Evo
Morales, siempre bajo sospecha de estar "serruchando" a Arce, estaba
organizando una marcha desde Oruro para defender al Presidente e incluso el
canciller Rogelio Mayta salió horas antes de Arce a comunicar a la comunidad
internacional - y ojo que en diplomacia esto es de lo que se anota - que se
estaba pergeñando un nuevo golpe contra Arce.
“El Estado Plurinacional de Bolivia denuncia ante la
comunidad internacional que partidos políticos de oposición, junto a comités
cívicos departamentales y plataformas afines, promueven deliberadamente una
campaña de desinformación, falsedades y tergiversación sobre el contenido de la
Ley 1386 (…) a fin de repetir el libreto de golpe de Estado de 2019”, dijo Mayta
al leer un comunicado en el que reconocía que la Ley responde
"estrictamente a los lineamientos del Grupo de Acción Financiera
Internacional (GAFI) y es parte de una serie de normas para la lucha contra el
lavado de activos y el financiamiento del terrorismo”, remarcó.
Acuerdos El Gobierno quiso que las
partes participaseb de la reglamentación de la Ley 1386, pero acabó abogando
Suponiendo que los sectores movilizados contra la Ley, es
decir Gremiales y Transporte, habían pedido específicamente la abrogación sin
negociación, la pelota está ahora en el tejado de cívicos y opositores que sí
habían sumado otras demandas menores al paro.
Hasta el cierre de esta edición los principales políticos de
oposición guardaban calculado silencio mientras saboreaban una victoria
inesperada e "impropia", ya que los principales actores movilizados
no responden ni a Comunidad Ciudadana ni a Creemos.
Todos ven un gobierno "débil", pero los analistas
advierten que es más sencillo destruir que construir. El único que ayer hizo
una mención al futuro fue Luis Fernando Camacho en la tractorada de Montero
antes de conocerse la abrogación: "hay que avanzar al federalismo que es
lo que todos queremos porque federalismo es unidad, no división" aseveró
el gobernador cruceño. Sin duda que la política nacional entra en otro estadio
poco conocido, la etapa de un gobierno que tendrá que remangarse y negociar a
fondo antes de tratar de llevar adelante cualquier iniciativa. Es uno de los
efectos de la polarización: nadie se fía de nadie.
Un cambio de Ministerios aplazado
Desde el mismo 18 de octubre en el que Luis Arce celebraba
el primer año de su victoria en las ánforas, los sectores que componen el MAS
vienen reclamando un cambio de ministros en el gabinete, pero la tensión
política de estos días no ha dado oportunidad. Con el nuevo giro dado tras la
abrogación los estrategas recomiendan abordar ya el aplazado cambio para
conformar un gabinete más pesado políticamente que haga olvidar el primer año
de fracasos.
Las organizaciones sociales buscan meter representantes
mientras que Arce pondera sumar ex ministros experimentados de la época de
Morales, incluido Juan Ramón Quintana. Otros nombres como Eduardo Rodríguez
Veltzé o Susana Bejarano están sobre la mesa.