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Medio: El Diario
Fecha de la publicación: jueves 11 de noviembre de 2021
Categoría: Órganos del poder público
Subcategoría: Asamblea Legislativa Plurinacional
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Alegando que Tarija
tenga una representación, de la que siempre fue marginada, el diputado de
Comunidad Ciudadana (CC) Edwin Rosas justificó su impúdico transfugio,
postulándose a la directiva de la Cámara de Diputados, ignorando a su bancada y
apoyado por el Movimiento Al Socialismo (MAS).
Como la ignorancia
es atrevida, para justificar su torpeza, este truchimán lanzó ese infundio
desconociendo el paso de ilustrísimos parlamentarios tarijeños que entraron a
la historia, no sólo como dignos representantes de su región, sino de la patria
entera, como es el caso del Dr. Víctor Paz Estenssoro, Jaime Paz Zamora, Motete
Zamora, Rodrigo Paz Pereira, etc., empero, en épocas en que la república
contaba con el servicio de estos caballeros y no con una kakistocracia que se sirve
de ella a través de estos parásitos.
Por su parte, la
diputada disidente de Comunidad Ciudadana (CC) Keyla Ortiz (Beni), negando que
su auto postulación a un cargo en la directiva tenga algo que ver con el MAS, y
mordiendo la mano que le dio de comer, se dio a la tarea de atacar al partido que
la encumbró al solio parlamentario, acusándolo de no haberla tomado en cuenta
para ocupar cargos en la directiva de la Cámara de Diputados.
A la luz de lo
expuesto, la actitud de estos padres de la patria, como eran llamados estos
pícaros cuando la “vergüenza” era considerada una virtud sobre la cual se
exaltaba la fuerza de la conciencia y fundamento de la dignidad, el respeto, la
palabra de honor y otros atributos humanos tristemente perdidos, constatamos
con pesar que la Bolivia soñada por sus creadores está desapareciendo.
Cuando una sociedad
pierde la vergüenza, pierde igualmente el poder de evitar que la corrupción de
su espíritu mine los apetitos de su cuerpo, como el soborno, la venalidad, la
prebenda, la sinecura, la deshonestidad y la desvergüenza. Como consecuencia de
esta tragedia, aflora el sentimiento de la traición y el transfugio.
Esa política
discrecional e intolerante que el oficialismo acaba de mostrar a los bolivianos
en el seno de la tal llamada Asamblea Plurinacional, en homenaje al año de
gobierno del presidente Arce, donde los prosélitos masistas se dieron a la
bochornosa tarea de mostrar una inconfundible sed de venganza, más que el de
una sana vergüenza, y cuando ésta falla, fallan también los más genuinos
sentimientos que sólo pueden ser expresados cuando el alma se materializa, y el
cuerpo cobra vida. De ahí que, una vez perdida la vergüenza, se ha perdido la
vida; se ha perdido el respeto: y los valores más elementales de convivencia.
El largo y tedioso
mensaje presidencial, repleto de cifras abstrusas y de tozudas invectivas
contra una derecha diabólica, fautora de un golpe de Estado fantasmal, y que
acaba de venderles unos tránsfugas para completar su indecente directiva
camaral, crispó los ánimos de beligerancia y a este clima se sumó la metafísica
presencia del vicepresidente Choqui, que aspira corporizar al Maestro Yoda de
la Guerra de las Galaxias, exacerbando esta apoteosis de la sinvergüenzura.