Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: miércoles 10 de noviembre de 2021
Categoría: Órganos del poder público
Subcategoría: Asamblea Legislativa Plurinacional
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El MAS tiene casi todo el poder del Estado, pero no está conforme porque las urnas no le dieron los dos tercios de votos congresales para terminar de copar todas las estructuras. Con ese tipo de mayoría podría iniciar un juicio de responsabilidades a Jeanine Añez sin prescindir del juicio ordinario como le exigen los opositores; podría nombrar a un defensor del pueblo del partido, aunque a juzgar por la actual gestión no necesitaría hacerlo; podría cambiar a los pocos vocales electorales que preservan la independencia y, si quisiera, podría iniciar un nuevo proceso para cambiar la Constitución a su gusto.
Por eso recurre a sus peores armas para comprar conciencias de opositores a cambio de cargos en la directiva o en las comisiones.
El reglamento de debates de la Cámara de Diputados establece con claridad que la directiva debe estar integrada por tres opositores (un vicepresidente y dos secretarios), pero en la actualidad a los verdaderos opositores sólo les queda una secretaría, como un adorno para que nadie diga que hubo un golpe parlamentario en Bolivia.
Los demás cargos están copados por el MAS o por los disidentes que se ponen al servicio del oficialismo.
Para lograr este objetivo, la última elección de la directiva fue un acto bochornoso provocado por el MAS. Los verdaderos opositores se negaron a aceptar este robo de cargos y, por eso, en la sesión del sábado tomaron la testera del nuevo hemiciclo, impidieron la sesión y se declararon en vigilia hasta el domingo. Ese día, el MAS, sin convocar a los opositores, se fue al viejo hemiciclo para instalar la sesión y consumar su objetivo. Sorteando todo tipo de obstáculos, los opositores llegaron hasta allá para expresar su rechazo, pero los masistas se colocaron en los pasillos y les impidieron siquiera acercarse a la urna para emitir su voto o para romper la papeleta, como finalmente hicieron.
En ese contexto es que se produjeron las grescas, los empujones, los saltos sobre los curules. El MAS es experto en bloqueos y ese día bloqueó a los opositores para que no pudieran expresar una simple protesta por el asalto a la directiva.
Un año después de asumir el mando, el MAS ya tiene siete disidentes de su lado y sólo le falta comprar la conciencia de cinco diputados y tres senadores. Los vendibles son legisladores sin conciencia, sin compromiso, sin ideología, sin respeto por sus electores y que rifan la democracia sin sonrojarse.
Antes de iniciar la gestión de Arce, el MAS prácticamente anuló los dos tercios de los reglamentos de debates para no tener que consultar con la oposición ni siquiera temas administrativos y ahora ha dado un nuevo golpe legislativo copando la directiva, con lo que se encamina a lograr los ansiados dos tercios de votos.