Medio: El Deber
Fecha de la publicación: sábado 06 de noviembre de 2021
Categoría: Institucional
Subcategoría: Vocales
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La vocal del
Tribunal Supremo Electoral (TSE), Rosario Baptista, denunció a través de una
carta abierta que sufre acoso y persecución política en el ejercicio de sus
funciones, además señaló que hay influencia partidaria “sobre la mayoría”
de sus colegas elegidos hace dos años.
Baptista dijo que
intentó corregir los defectos que existen en el sistema electoral y agotó “las
vías institucionales para lograr el esclarecimiento real y definitivo de lo
sucedido en la elección de 2019”.
Hace dos años, un
informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) alertó de la existencia
de manipulación informática en los comicios en los que se postuló Evo
Morales para ser reelecto presidente por un cuarto mandato.
“Además, he
solicitado, de forma intransigente, información e investigación para responder
a la población que expresó dudas sobre la integridad del padrón
electoral. Estos deberes institucionales no han sido posibles de ser
cumplidos, debido a la influencia política partidaria que se ejerce sobre la
mayoría de los vocales elegidos”, expresa la misiva.
“Afirmo
categóricamente que, en el Órgano Electoral, por ser un órgano colegiado, las
decisiones se toman en Sala Plena, y una parte de los vocales impide el
cumplimiento de las obligaciones que determinan la ley y nuestros deberes hacia
la ciudadanía, a la cual nos debemos. En mi caso, el precio por pretender
actuar en base a la Constitución y la ley ha sido la persecución política, en
lo interno, a través de procesos disciplinarios y acoso laboral,
extensivo al personal de mi entorno; y en el ámbito externo, mediante
denuncias penales y amenazas que ponen en riesgo mi mandato como Vocal del
Tribunal Supremo Electoral, mis derechos civiles, mi integridad y seguridad”,
señala Baptista.
Tras la destitución
de los vocales del TSE, en noviembre de 2019, Baptista juró al cargo el 19
de diciembre de ese año junto con Óscar Hassenteufel, Daniel Atahuichi
Quispe, Nancy Gutiérrez Salas, María Angélica Ruiz Vaca Díez y Francisco Vargas
Camacho.
Salvador Romero fue
elegido como representante presidencial en 2019 y renunció tras las elecciones
subnacionales de este año. Entonces, el presidente Luis Arce eligió en ese
puesto a Dina Chuquimia.
La autoridad fue
amonestada en varias ocasiones por la Sala Plena y ha sido amenazada por varios
legisladores del MAS. Baptista también cuestionó la constitucionalidad del
artículo 67 de nuevo estatuto del partido gobernante que señala que todo
funcionario público debe ser militante de esa fuerza política.